Cuando el toque de queda se convierte en una odisea
Un padre narra el viaje de su hijo de Barcelona a Alicante, donde llegó pasada la medianoche por las fuertes lluvias. El trayecto terminó con una sanción por las restricciones horarias
El toque de queda instaurado en la Comunidad Valenciana por el presidente, Ximo Puig, para hacer frente a la contención del virus del covid-19 no permite la movilidad entre las 00.00 y las 6 de la mañana. Así lo indica el decreto publicado, aunque en el mismo texto también se contemplan excepciones
5 Estación de Alicante
Cuarenta y cinco minutos más tarde, a la 1.50, el joven pone por fin un pie en Alicante. Allí, esperaban los taxis, que Renfe pagó, para recoger a los pasajeros de un autocar que había llegado media hora antes que ellos, por idéntico motivo, y también a estos últimos.
Como «buenamente pudieron», fueron subiéndose a los vehículos. El hijo de M.J.F. compartió taxi con 3 personas más del autobús, con destino a Cartagena. «Cuatro personas dentro de un taxi, sin distancia de seguridad, pese a las medidas por la pandemia».
Finalmente, pasadas las cuatro de la madrugada, llegó a casa.
6 Recurso a la multa
El progenitor, unos días después, presenta un recurso contra la sanción interpuesta por los agentes, solicitando el sobreseimiento y archivo del expediente sancionador, por ser una de las actividades excepcionadas recogidas en el Real Decreto publicado por la Generalitat Valenciana.
M.J.F., a la vista de los hechos se pregunta: «¿Qué pasa si para hacer una actividad excepcionada se carece de vehículo particular? ¿Cómo y quién puede trasladarlo? ¿Una persona que trabaja de noche o que acaba su jornada laboral de noche (en pleno horario del toque de queda) y no tiene vehículo particular, tiene que contratar un taxi para ir a su lugar de trabajo o regresar a su casa? Todos los días para hacer esta actividad ¿tiene que soportar el gasto de pagar un taxi? ¿Al trabajador no lo puede llevar al trabajo o traerlo su padre o un familiar conviviente? Y finaliza cuestionándose: Si su hijo no hubiese tenido dinero para pagar un taxi. ¿Qué tendría que haber hecho?».
Por su parte, la Conselleria de Presidencia alega que «el hecho de la suspensión del tren (demostrable con el mail de Renfe) fuerza un desplazamiento del hijo y también del padre, no ordinario. Por tanto, podría caber en el ‘otras circunstancias excepcionales’ que recoge el decreto. No obstante, el caso es complejo y puede prestarse a varias interpretaciones. Se legisla siempre pensando en los casos generales. Toda ley suele estar abierta a interpretaciones»
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