El toque de queda no frena los atracos y robos pasadas las 22 horas
Los delincuentes aprovechan la falta de testigos para dar palos sin ser detectados
Una mujer camina al filo de la medianoche por la calle de Puentelarra, en el barrio de Santa Eugenia (Villa de Vallecas). Confiada, avanza a paso ligero hasta alcanzar su domicilio. Es su ruta de siempre, pero algo ha cambiado: el toque de queda ha dejado la vía pública prácticamente desierta. En el portal, los gritos alertan al vecindario. Un hombre, provisto de una navaja, amenaza a su presa con intención de robarle. El hijo de la víctima es el primero en bajar a su auxilio. Él y otras dos personas salen detrás del delincuente, que huye a la carrera tras apoderarse del teléfono móvil.
Este asalto, ocurrido el pasado jueves, es solo un ejemplo de los últimos atracos ocurridos

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