El próximo 9 de mayo decaerá, previsiblemente, el estado de alarma y desaparecerán las restricciones vigentes hasta ahora. Ante ese escenario, las comunidades autónomas apuran los últimos días para definir cómo afrontar la evolución de la pandemia de COVID-19 durante esta nueva etapa y qué limitaciones imponer. Los cierres perimetrales, el toque de queda o los aforos permitidos en comercios y locales de restauración centran las preocupaciones de las regiones, que ya han comenzado a esbozar cómo encarar este periodo.

Después de que el Gobierno central se haya mostrado contrario a prorrogar el estado de alarma más allá del próximo domingo, tal y como han solicitado en repetidas ocasiones varias comunidades, las autonomías han tenido que reaccionar. Así, Euskadi y Baleares preparan un decreto con medidas, Cataluña ha expresado su intención de no imponer el toque de queda y Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana han adelantado que renunciarán al cierre perimetral.