lunes, 28 de junio de 2021

Pensiones sin futuro en España

 

Pensiones sin futuro en España




La Vanguardia  ............   Mariano Guindal








“El parto de los montes ha parido un ratón”. Así se podría definir el principio de acuerdo alcanzado por los agentes sociales con el Gobierno para reformar las pensiones públicas. A pesar de su escaso contenido se pone en marcha la concertación social, que es uno de los platos fuertes de la legislatura.

Lo más importante es la foto y no hay que descartar que la protagonice en la Moncloa el mismísimo presidente Pedro Sánchez. El mensaje que se lanza a Bruselas y a los mercados es que llegarán más acuerdos en la reforma laboral, la reforma fiscal y el saneamiento de las cuentas públicas. Es decir, allí donde los partidos políticos han fracasado, patronal y sindicatos han logrado un acercamiento.

El problema son los contenidos de los acuerdos. Aunque indudablemente la fotografía tiene valor en sí misma de cara a transmitir confianza, si no va acompañada de algo más que buenas palabras se convierte en pura propaganda.

Esto, en la opinión de los expertos, es lo que pasa con la reforma de las pensiones. Ante los problemas que se le estaban planteando en la mesa de negociación, el ministro José Luis Escrivá ha dado un patadón al balón y ha dejado para más adelante lo más espinoso. Es decir, que no habrá reforma hasta que los dos principales partidos logren un pacto de Estado.

Escrivá ha puesto a todos de acuerdo en lo que están todos de acuerdo: garantizar el poder adquisitivo de los nueve millones de pensionistas. Esto eleva el gasto de pensiones entre el 3% y el 5% del PIB, es decir, entre 30.000 y 50.000 millones de euros, según el catedrático Ignacio Conde Ruiz. Para evitar que esto sucediera habría que haber acompañado el acuerdo con una serie de medidas de contención de gasto que son muy impopulares y que por eso no se han acometido.

La reforma Escrivá desvía gastos al Estado para encubrir el déficit de las pensiones. El problema, como dice Ángel de la Fuente, director de Fedea, es que la deuda del Estado es muy elevada, 1,25 billones de euros (el 120% del PIB). Y a esto habrá que sumar el aumento del gasto en sanidad y en dependencia que se irá multiplicando en el futuro.

Y todo ello sin olvidar una demografía totalmente adversa. Los niños del baby boom de los sesenta se irán jubilando en los próximos años y descenderá el número de trabajadores en activo. Es decir, que la situación financiera de la Seguridad Social se irá agravando.

Para Escrivá, la solución es que vengan muchos inmigrantes, de los que pagan a la Seguridad Social, y retrasar la edad de jubilación al máximo. Incluso si ello se produjera, tampoco resolvería el problema a medio plazo. La única solución milagrosa sería un aumento brutal de la productividad que genere los recursos suficientes para pagar el gasto de las pensiones.

Para Sergi Jiménez, catedrático de la Pompeu Fabra, como sucede en cualquier otra cuestión la solución es casar los ingresos que obtiene la Seguridad Social con sus gastos, y mientras no se haga el futuro de las pensiones en España no está garantizado. Algunos políticos creen que las pensiones se pueden y se deben pagar con deuda pública y no con la riqueza que genera el país. Y dicen más, esa deuda pública no hay que pagarla. Este planteamiento supone argentinizar España y crear una pesada losa para las futuras generaciones.

Nuestros socios europeos no parecen dispuestos a pagar más impuestos para que los españoles paguen el déficit de sus pensiones. Lo mismo va a suceder con el BCE. Ante un caso excepcional como una pandemia han comprado deuda española y han facilitado bajos tipos de interés, pero no hay que confundir una actuación coyuntural con que ese comportamiento se vaya a prolongar en el tiempo.

Habrá un momento en que dejarán de prestarnos hasta que no se haga una reforma de pensiones que recorte de verdad el gasto y lo haga viable. No hay que olvidar que fueron el BCE y Bruselas quienes forzaron a Zapatero a cambiar la Constitución para garantizar el pago de la deuda antes que el de las pensiones. Y en esa misma línea fue Bruselas quien forzó unos meses después al gobierno del PP a hacer una reforma de las pensiones a introducir el factor de sostenibilidad, que nunca se aplicó y que ahora se quiere quitar.

La figura de Bruselas

Pedro Sánchez hizo ministro a José Luis Escrivá porque le garantizó que podría desmontar la reforma del PP y meterle en el bolsillo nueve millones de votos. Y además que podría lograrlo con el visto bueno de Bruselas. La Comisión Europea ha dado el plácet a la reforma porque se le ha prometido una segunda parte con medidas para contener el gasto. Si no es así simplemente se cortarán las ayudas. Y si sucede se habrá perdido una oportunidad histórica.





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