Catalunya registra los peores datos de pobreza en diez años
Más de un tercio de los niños catalanes está en riesgo de pobreza, dato que sigue creciendo de forma abrumadora
Se agrandan las diferencias sociales y los más ricos tienen seis veces más ingresos que los más pobres
Colas del hambre en la parroquia de Sant Isidre, en Barcelona.
El dato más frío y que fecha de 2019 es la tasa de riesgo de pobreza. Indica que por primera vez el 21,7% de los catalanes son pobres, 2,2 puntos más que la cifra del año anterior y mayor también desde que se tienen registros. La taxa AROPE, que tiene en cuenta muchas otras variables, se sitúa en el 26,3%, es decir que uno de cada cuatro catalanes es pobre. Esta misma cifra se repitió en 2012, en plena ola de desahucios tras la debacle financiera. También sube la pobreza severa y supera el 6%.
Pobreza infantil sin frenos
Los que más sufren esta realidad son los niños. Pasamos del 31,3% de pobreza infantil al 33%. "Hay que tomar medidas urgentes para reducir la desigualdad y la pobreza entre aquellas familias que más lo necesitan. La pobreza infantil impacta en el talento y el potencial de nuestra sociedad", sostiene Emilie Rivas, responsable de Políticas de Infancia de Save The Children en Catalunya, que recuerda que Catalunya solo invierte un 0,8% en políticas de infancia, frente al 2,2% de la UE.
Otro colectivo castigado son las mujeres de más de 65 años. Una de cada cinco es pobre, un dato que es siete puntos menos entre los hombres de su misma edad. Entre los mayores, la tasa de pobreza ha crecido seis puntos en tan solo un año, algo que según las entidades demuestra que hay que cambiar el sistema de pensiones, especialmente pensando en las ayudas de viudedad. En general, las mujeres acumulan más pobreza que los hombres, este año les sacan cuatro puntos de diferencia.
La mitad de los parados son pobres
Otro dato relevante de la encuesta dice que la mitad de los parados, el 53%, vive bajo el umbral de la pobreza. Según las oenegés, demuestra el estado del "débil" sistema de prestaciones sociales que hay que revisar a fondo. También los migrantes sufren este azote, dos de cada tres son pobres, es decir, el 61,6% de ellos. Un dato muy ligado a las trabas de la ley de extrangería, que les obliga a vivir en una economía precaria y sumergida. Además, un tercio de los catalanes no puede irse ni una semana de vacaciones y tampoco puede asumir gastos extras. También emerge el drama de la vivienda. El 12,4% no puede pagar a tiempo su vivienda y el 9,4% sufre pobreza energética. Ambos, datos récord desde 2013.
Paradójicamente, hay un grupo de población que sigue llenándose los bolsillos. El 20% los más ricos tiene seis veces más dinero que el 20% de los más pobres, un dato ligeramente más alto que el año pasado. El índice Gini, que mide la desigualdad de una sociedad entre el 0 t el 100 se sitúa en el 31,7%.
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