La Policía Nacional ha identificado al joven varón acusado de agredir brutalmente a otro en un vagón de la Línea 1 de Metro de Madrid la noche del pasado jueves por pedirle que se pusiera la mascarilla.

El agredido, que era sanitario, ha perdido parte de la visión de uno de sus ojos a causa del fuerte golpe que el agresor le propinó con un puño americano al solicitarle que se pusiera la mascarilla en el interior del vehículo.

Por su parte, los dos acompañantes de este individuo también han tomado declaración en los juzgados este lunes. Se espera que en las próximas horas el presunto agresor sea detenido por la Policía Nacional.

En las imágenes se ve cómo existe una discusión y un hombre con una gorra de color rosa y una mochila lanza un rápido ataque sobre el ojo de otro, con camiseta negra, que inmediatamente se arrodilla en el suelo del vagón.

Las últimas novedades señalan que este lunes un hombre ha acudido al Juzgado de Guardia voluntariamente para facilitar los datos del agresor tras haber visto su rostro en redes sociales y reconocerlo. Ahora, habrá que determinar si el individuo denunciado y el autor de la agresión son la misma persona.

Sea como fuere, la Policía ya ha analizado las imágenes de las cámaras de seguridad del suburbano y localizó al hombre delgado, de entre 25 y 30 años y 1,60 metros de altura que habla español con acento extranjero. En el momento de la agresión, llevaba dos pulseras en la muñeca, vestía colores oscuros, una gorra rosa y una mochila gris además habla español y se bajó en la estación de Metro Alto del Arenal, en el barrio de Vallecas.

La víctima es un enfermero recibió un fuerte golpe en la cara con un objeto punzante por parte de un hombre tras solicitarle que se pusiera la mascarilla, obligatoria en el transporte público. Como consecuencia del impacto en el ojo, el sanitario tuvo que ser trasladado hasta el Hospital 12 de Octubre para ser atendido. Su pronóstico no era favorable, y todo indica a que será complicado que recupere la visión en el ojo afectado. 

Tras perpetrar la agresión, el hombre de la gorra y la mochila recogió algo que estaba en su asiento y procedió a apearse en la siguiente estación, no sin antes proferir al agredido: "Que te quede claro, ojalá te mueras, gilipollas"