Los daños de los estudiantes confinados en el hotel de Mallorca: comida en las paredes, marcos de puerta reventados...
- Según el informe que el hotel ha enviado al Govern, los daños ascienden a más de 1800 euros.
- Hablan los alumnos implicados en el macrobrote de Mallorca: "En el ferry se lió muchísimo y en Mallorca, el doble"
Los últimos positivos del Hotel Bellver de Mallorca, los únicos que la jueza permitió retener, han cumplido su cuarentena. Y con ello, el hotel se libera de los últimos estudiantes implicados en el macrobrote de Mallorca que llegó a afectar a más de 4.000 personas y a confinar a 8.000. Lo que persiste, es la huella que han dejado: espejos y mamparas rotas, mesitas de noche destrozadas, marcos de puerta reventados, comida pegada en las paredes, terrazas llenas de marcas de comida y de suciedad...
Tras el paso de los adolescentes, a los que sus padres defendían diciendo que tenían un comportamiento ejemplar, el hotel ha tenido que desembolsar 1820 euros para pintar íntegramente 22 terrazas y dos habitaciones que tenían restos de comida y marcas de zapatos, ha tenido que sustituir un espejo de baño, una mesilla y una mampara y, por último, ha tenido que arreglar tres marcos de puertas que estaba llenos de grietas y roturas.
En total, siete horas de trabajos de albañilería y pintura, según detalla el informe que el hotel ha entregado al Govern de Baleares. La consellera de Presidencia Mercedes Garrido, ha sido la encargada de detallar estas cifras y, ha aprovechado su comparecencia para defender la decisión del Govern de confinar a estos jóvenes debido al macrobrote de coronavirus
Pese a las protestas de los padres de los estudiantes, las acusaciones de secuestro por parte de VOX y a las quejas de los propios estudiantes en Redes Sociales porque la comida no era buena o no les llevaban cerveza, Garrido ha defendido que el confinamiento se llevó a cabo por motivos sanitarios.
La Policía tuvo que acudir al hotel
La consellera de Presidencia, ha recordado que además, durante la estancia de algunos de los jóvenes confinados, la Policía tuvo que acudir al hotel en varias ocasiones por las llamadas de los vecinos que denunciaban el ruido y la música que provenía de las habitaciones. Además, muchos de ellos podían ver como los jovenes saltaban de una habitación a otra por los balcones.
En sus habitaciones se encontraron centenares de paquetes de comida para llevar, colillas o botellas de ron, lo que da a entender que la fiesta se confinó con ellos en el hotel. "Estaban confinados y seguían exponiéndose a situaciones de riesgo", lamentaba la consellera de Presidencia del Govern, Mercedes Garrido.
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