La lava del volcán de La Palma llega al mar
Expertos y autoridades refuerzan el dispositivo del Plan Especial de Emergencias por Riesgo Volcánico y piden a la ciudadanía que no se acerque a la zona
Los ríos de lava del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma (Canarias) han entrado en contacto con el mar. Tras ocho días en erupción, la llegada de la colada ha tenido lugar en un acantilado de más de cien metros de altura, en la zona de playa de Los Guirres, a las 0:02, hora local de este miércoles 29 de septiembre. Más concretamente, el alcalde de Tazacorte lo sitúa por la playa del Perdido.
Por el momento, las autoridades cifran en 258 las hectáreas ocupadas por la lava en la isla y en 1.314 las cubiertas por la ceniza. Asimismo, 686 edificaciones han sido arrasadas y más de 6.000 personas evacuadas de sus viviendas después de que el Comité Científico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca) activara el nivel 2 de alerta, el pasado domingo 19 de septiembre.
Ralentización de la cascada de lava
La masa de material incandescente emanada por las cuatro bocas de fuego en activo avanza a casi 1.200 grados de temperatura, abriéndose camino hacia el mar a una velocidad de 200 metros por hora. En las últimas horas, la colada se ha ralentizado y deja atrás los 700 metros por hora a los que llegó en la jornada del viernes y el sábado. No obstante, cabe destacar que los primeros cálculos estimaban que la lava llegase al mar durante la tarde del lunes 20 de septiembre.
Expertos y autoridades han reforzado el dispositivo del Plan Especial de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias y piden a la ciudadanía extremar las precauciones. Se remarca no acercarse a la línea de costa, en el lugar donde desembocan las coladas. Como medida preventiva, la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife ha decretado la prohibición de la navegación en aguas palmeras hasta nueva orden. Para el ejercicio de control náutico, se han movilizado dos medios de Salvamento Marítimo en la zona.
Aumentan los riesgos
El contacto de la lava con el océano puede producir nuevas explosiones, así como un incremento de sustancias en suspensión y humos tóxicos. De hecho, cuatro de los barrios de Tazacorte han sido confinados por el inminente riesgo. Se trata de una consecuencia causa-efecto que se produce por el lanzamiento a la atmósfera de partículas muy finas de ácido clorhídrico, ante la reacción química que produce el contacto de la lava con el agua salada.
José Mangas, catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, advierte, incluso, de que con la llegada del magma al mar es posible que se produzca un episodio de lluvia ácida. Algo “poco probable” para la Aemet, aunque “no es descartable”, reconoce el organismo.
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