De la falta de olfato y gusto a la fiebre o la congestión: cómo saber si tengo síntomas de gripe, catarro o covid
Nunca se había repetido tanto la palabra 'síntomas' como en los últimos dos años. Tampoco el concepto había ido dirigido tan frecuentemente a una serie de señales muy concretas: las provocadas por el virus SARS-CoV-2. Pero ahora bien, en un contexto en el que estar alerta ante cualquier posible alarma de contagio se ha conseguido en algo primordial, ¿cómo distinguir el virus o la variante con la que está tratando de luchar el cuerpo?
Lo cierto es que, según han señalado los expertos, ómicron, la nueva variante de coronavirus ya predominante en España, complica la tarea de distinguir el propio coronavirus de la gripe o un resfriado común. Al tratarse de una mutación mucho menos agresiva que la original y las que surgieron después, los síntomas usuales suelen confundirse con alergias leves o un resfriado menor.
Según alertó al 'Washington Post' Emily Landon, epidemióloga jefe de enfermedades infecciosas de la Universidad de Medicina de Chicago (EE UU), la suavidad de esta variante que suele expresarse en personas vacunadas puede darles una falsa sensación de confianza. "Tienen síntomas leves, por lo que son mucho menos propensos a quedarse en casa ahora, y pueden contagiar a personas que pueden enfermar bastante con ello", aseveró Landon.
Ómicron: menos agresiva, pero más contagiosa
Con todo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió que todavía está por determinar el impacto y las características exactas; aunque sí que se ha demostrado que suele ser más leve debido a que se desarrolla mayoritariamente en las vías aéreas superiores y menos en el pulmón. Hasta ahora, todo apunta a una mayor afección con síntomas como tos, congestión, fatiga, dolor muscular cefalea, dolores de garganta, secreción nasal y/o fiebre. Ya en los cuadros más graves puede llegar a generar taquicardias o cansancio extremo.
Sin embargo, tiene un gran contra: su capacidad de transmisión se multiplica respecto a la variante delta. "Con las pruebas limitadas con las que contamos, parece que la ómicron tiene una ventaja cualitativa sobre la delta. Se propaga más rápidamente que la variante delta", detalló la OMS en un comunicado
Igual de rápida es también su capacidad para hacerse notar. Según los últimos estudios, una persona contagiada puede empezar a presentar síntomas en apenas tres días y dar, por tanto, positivo en una prueba en ese corto plazo.
Sin gusto y olfato con delta
La variante delta, recientemente destronada como protagonista, sí que provoca unos síntomas mucho menos difuminados respecto a los que podría otorgar un resfriado o una gripe. En primer lugar, se mantiene la posibilidad de perder el gusto y el olfato, una de las señales 'estrella' de la covid-19 desde el principio de la pandemia. Además, puesto que esta sí que afecta a las zonas del pulmón, es más probable que se presenten signos de dificultad respiratoria.
Presenta también otras particularidades respecto a ómicron y comunes con las anteriores variantes: el periodo de incubación del virus es más largo y suele ser de entre cuatro y seis días.
Así, a la fiebre o la tos como síntomas comunes a todas las variantes, se le añaden otros posibles signos de infección de esta cepa, como dolor u opresión en el pecho, dificultades para hablar o moverse, dolores musculares o articulares, diferentes tipos de erupciones cutáneas, náuseas o vómitos, diarrea, escalofríos o vértigo.
¿Cómo distinguirlo de una gripe o un resfriado?
En primer lugar, tal y como vienen recordando los epidemiólogos, lo más efectivo y seguro para saber si los síntomas corresponden a un catarro, a una alergia o a una infección de coronavirus es haciéndose una prueba de diagnóstico: un test de antígenos o una PCR.
Aun así, hay algunos puntos que pueden ayudar a anticipar y distinguir si se trata de una cosa o de la otra. Con ómicron es más complicado, puesto que la infección es mucho más leve, pero un indicio de estar contagiado puede reflejarse en un mayor malestar o incluso en la aparición de fiebre, que no suele ser tan común en los catarros.
En conclusión, las señales que pueden apuntar a una enfermedad u otra se pueden extraer más de la diferencia que de la similitud. Es decir, los síntomas comunes de todos son tos, congestión o dolor de garganta. Pero si estos se presentan de una forma mucho más severa, como por ejemplo con un agotamiento más acusado de lo normal, con periodos largos de elevados niveles de fiebre, o con la pérdida de gusto y olfato, es entonces cuando puede estar dándose un caso de infección de coronavirus.
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