Intentaban dejar atrás el horror de la guerra cuando el fuego de mortero acabó con todas las ilusiones que tenían por delante. Tatjana Perebeynos y sus dos hijos, Miketa y Alisa, se dirigían con sus maletas y sus dos perros hacia el puente de Irpin para huir, pero nunca llegaron a cruzarlo. A falta de unas decenas de metros, un proyectil frustró cualquier esperanza de salvación: alcanzó la zona por la que transitaban y segó la vida de los tres y la del joven Anatolij, que caminaba junto a ellos. 

El ataque se produjo a primera hora del domingo, cuando una violenta explosión frente a una iglesia y al monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial sorprendió a quienes intentaban escapar de la invasión rusa por el puente, pero se cebó con ellos. Los intentos de los milicianos de la zona por reanimarlos bajo una nube de polvo fueron en vano. Miketa y Alisa, de 18 y 9 años, respectivamente, fallecieron en el acto. Tatjiana, de 43, lo hizo poco después, según explicó a Il corriere della sera el fotógrafo ucraniano Andriy Dubchak. 

Sus muertes han dejado solo al padre de familia, Sergyi, que lo ha perdido todo y no encuentra consuelo. "Perdóname, no os protegí", escribió apenas un día después de la desgracia en su perfil de Facebook. A pesar de la desolación, durante un tiempo albergó la ilusión de recuperar a los dos perros que viajaban con su mujer y sus hijos, para conservar un pequeño recuerdo de su familia. Tras un primer rescate, que siguió a través de las redes sociales gracias a la colaboración ciudadana y que prendió la llama de la esperanza, ambos terminaron falleciendo

Lo ocurrido deja a Sergyi sumido en la desesperación y una trágica imagen en la retina del mundo entero, representativa del drama del conflicto: una maleta huérfana al lado de los cuerpos que nunca llegó a su destino

Debían reunirse con una amiga en un búnker

La explosión fue grabada por Dubchak, colaborador de The New York Times, a apenas 30 metros del lugar donde fallecieron Tatjiana, Miketa, Alisa y Anatolij y lo compartió en redes sociales para tratar de identificar a los fallecidos. En un primer momento, en mitad del desconcierto y con cientos de personas tratando de huir, les resultó imposible averiguar de quién se trataba y optó por subirlo a distintas plataformas, según ha explicado a Il corriere della sera.

Pocas horas después de haber publicado las imágenes en las redes, la madrina de Miketa y Alisa se puso en contacto con él para preguntarle, entre lágrimas, cómo habían muerto y, sobre todo, si habían sufrido. La mujer esperaba la llegada de Tatjana y su familia encerrada en un búnker donde se protege de los ataques rusos y, ahora, tendrá que encargarse de recuperar los cuerpos y organizar un funeral, según Dubchack.

Provenientes de Donetsk

No era la primera vez que Tatjiana se veía obligada a dejar la ciudad en la que vivía a causa de la guerra. Tanto ella como Sergyi provenían de Donetsk y habían abandonado su casa en 2014, cuando se desató el conflicto armado en el Donbás. En Kiev habían comenzado una nueva vida, donde esperaban asentarse en paz y no volver a pasar por el mismo infierno.

De hecho, el propio Sergyi había contado su historia en Facebook y había pedido ayuda internacional para evitar la muerte de civiles ucranianos. "Dejé mi ciudad en 2014 cuando la guerra tocó a mi puerta la primera vez. La semana pasada la guerra llegó a mi nueva casa. Este es mi pequeño municipio de Irpin, cerca de Kiev. Los ocupantes rusos están intentando destruirla recurriendo a la aviación", relató.

"Por favor, cerrad el espacio aéreo de Ucrania. No sobreviviremos sin vuestro apoyo. Lucharemos hasta el último soldado, pero, recordad: la muerte de cada niño quedará en vuestra conciencia", añadió tan solo tres días antes de que fuera su propia familia la alcanzada por la munición rusa.

Condolencias de sus compañeros

Tras lo sucedido, los compañeros de Tatjana, que trabaja de jefa de contabilidad en la empresa SE Ranking, no han tardado en manifestar su dolor por la pérdida. "Estamos destrozados por tener que contar que nuestra querida compañera y amiga ha sido asesinada junto a sus dos hijos por artillería de mortero rusa (...) No hay palabras para describir nuestra pena, pero, para nosotros, es crucial que no queden solo como estadísticas (...) Nuestros corazones están rotos. Nuestras oraciones van dirigidas a todos los ucranianos, que están luchando por su derecho a existir", han escrito en Facebook.

"Tatjana y sus hijos no se pueden devolver, pero todavía es posible prevenir la muerte de otras personas. ¿Cómo? De la manera que puedas", decía Mikita Mikado, un inversor de la startup donde trabajaba la fallecida, que invitaba a donar a ONGs, dotar de armamento a Ucrania y a acudir a manifestaciones contra la invasión. 

Incluso el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, mencionó a esta familia fallecida para amenazar a sus enemigos. "No perdonaremos. No olvidaremos. Castigaremos a todos los que hayan cometido atrocidades en esta guerra. Encontraremos a la basura que ha bombardeado nuestras ciudades, a nuestra gente, que ha disparado los misiles, que ha impartido órdenes. No encontraréis un lugar tranquilo en esta tierra, sino la tumba", afirmó.