Putin aprieta a Europa y firma el decreto para exigir el pago del gas en rublos: no habrá suministro al país que no cumpla
Vladimir Putin sabe que botón tocar para que la preocupación de Europa se multiplique: el del gas. El presidente ruso redobla la presión sobre la UE al firmar este jueves el decreto que obliga a "los países hostiles" según Moscú a pagar ese gas en rublos. En el marco de la invasión rusa de Ucrania, todo cuenta. Y Putin lo sabe. Solo unas horas después de hablar con el primer ministro italiano, Mario Draghi, y con el canciller alemán, Olaf Scholz, y de que estos dijeran que aceptaría euros, el Kremlin dice que de eso nada. Así, amenazó directamente con cortar el suministro desde este viernes si no se cumple, aunque posteriormente anunció que ha ideado un sistema para que, aunque Europa pague en euros, Rusia reciba rublos a través del banco Gazrponbank, no afectado por las sanciones.
El aviso es, sin embargo, a medias, porque Moscú recalca que va a cumplir en materia de suministro y precios: ni habrá menos gas ni será más caro por el cambio de moneda. "No habrá cambios para los receptores del gas ruso que paguen", ha dicho el portavoz, Dimitri Peskov. Por su parte, las fuentes europeas consultadas sobre el asunto avisan de que exigir el pago en rublos supone "un incumplimiento de contrato" por parte de Rusia. Y de hecho el propio Scholz respondió que se seguirá pagando en euros y en dólares, algo reafirmado también por Draghi.
Rusia ingresó en enero casi 10.000 millones de dólares gracias a las exportaciones de gas y, según la agencia de noticias Interfax, casi 6.000 de estos millones correspondieron a una veintena de países catalogados como "hostiles". Esta muestra incluye a Alemania, Francia, Austria, Bulgaria, República Checa, Suiza, Italia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Croacia, Hungría, Lituania, Letonia, Países Bajos, Macedonia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
Para Ucrania, este aviso de Putin es "una declaración de guerra" por el gas, y Kiev tiene clara cuál tiene que ser el siguiente paso. "Occidente ahora debe responder con la mayor dureza posible, abandonando los recursos energéticos de Rusia", expresó el jefe de la oficina de la Presidencia de Ucrania, Andriy Yermak. Él mismo ha reconocido que algunos países no podrán dejar de depender de los recursos rusos "rápidamente", pero ha insistido en que "no hay otra salida". "El embargo sobre el petróleo y el gas rusos debería ser una prioridad para todos", ha remachado.
Este órdago ruso se da además en un contexto de desconfianza total en Occidente ante los últimos avisos de Putin de que va a reducir su actividad militar en Kiev y en Chernigov. "Rusia ha mentido repetidamente sobre sus intenciones. Debemos juzgar sus acciones y no sus palabras", expresó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg que, además, tampoco es optimista para el futuro cercano: "Vemos poca voluntad de Rusia de buscar una solución política. No hemos visto ningún cambio real en los objetivos militares y siguen buscando una salida militar". En esa línea también se pronunció la UE, que pide no quedarse en las palabras. "Lo más importante para nosotros y los ucranianos es ver resultados reales que entren en vigor", expresó el portavoz de Exteriores de la Unión, Peter Stano.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio orden para la liberación de un millón de barriles de petróleo diarios de las reservas estratégicas del país, durante los próximos seis meses, para responder a la escalada de precios de la energía. La medida "no tiene precedentes" ya que nunca antes el mundo ha visto cómo se liberaba petróleo a un ritmo de un millón de barriles al día, según el Gobierno estadounidense. El Ejecutivo de Biden espera que este anuncio "récord" sirva para poner más crudo en el mercado energético hasta final de año cuando EE UU espera haber aumentado la producción interna.
Precisamente en el frente bélico las cosas siguen sin calmarse. El Donbás se ha convertido en el principal reclamo de Putin y de hecho esa región fue la excusa para iniciar la ofensiva. La tensión militar no parece que vaya a disminuir en un corto espacio de tiempo. Este jueves Putin ha firmado un decreto que permite reclutar a más de 130.000 personas adicionales para sumarse al Ejército. "Desde el 1 de abril al 15 de julio, se permitirá el reclutamiento de ciudadanos de edades comprendidas entre los 18 y 27 años que no se encuentren en la reserva y sean sujetos al reclutamiento para el servicio militar de acuerdo con la ley rusa", señala el decreto. Además, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha avisado de que Moscú prepara un referéndum en la ciudad de Jersón, ocupada por tropas rusas.
En la madrugada de este jueves, Rusia anunció su intención de declarar un alto el fuego en la asediada ciudad ucraniana de Mariúpol a Zaporiyia para evacuar a civiles a través de corredores humanitarios a partir de las 10.00 horas (hora local). Rusia precisó que la carretera que conecta Berdyansk y Mariúpol es regularmente objeto de fuego por parte de los militares ucranianos y los batallones nacionalistas. En estas semanas ambos bandos bandos se han acusado de evitar la salida de civiles.
El frente bélico no se apaga
El Gobierno ucraniano informó en este sentido del envío de 45 autobuses a Mariúpol tras recibir la confirmación del Comité Internacional de la Cruz Roja de que Rusia mantiene su disposición a permitir un corredor humanitario. Las autoridades ucranianas añadieron que 28 autobuses debían recibir el permiso para pasar por el punto de control ruso en la ciudad de Vasilievka y que 17 más habían salido de la ciudad de Zaporiyia. "Haremos todo lo posible para que los autobuses entren en Mariúpol y recojan a las personas que todavía no han podido salir de la ciudad", agregó, citada por la agencia ucraniana Unian. En total, la cifra de refugiados desde el inicio de la invasión ya supera los cuatro millones de personas, según los datos de Acnur.
Frente a esto, los países llamados a ser mediadores, como es el caso de Turquía, no cierra la vía diplomática. El Gobierno turco ha deslizado este miércoles la posibilidad de un nuevo encuentro entre los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania que tendría lugar en menos de dos semanas y de nuevo con Turquía como escenario, sin tirar la toalla aún de una posible cita entre los presidentes de los dos países, aunque Rusia supedita ese encuentro a un acuerdo previo entre las delegaciones negociadoras.
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