El proceso de ampliación de la Unión Europea es largo y tedioso, pero la guerra en Ucrania ha hecho que empiece a ocupar la primera plana y en ese contexto Bruselas ya ha dado el primer paso para la entrada en el bloque de Georgia y de Moldavia, algo que ya hizo el pasado fin de semana con Ucrania. La Comisión Europea ha entregado a ambos países los cuestionarios para la adhesión al bloque, igual que la presidenta Ursula von der Leyen hizo el pasado sábado en persona al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la visita que hizo junto al Alto Representante, Josep Borrell, a Kiev.

Ucrania primero, solo unos días después de que Rusia lanzara su invasión, y Georgia y Moldavia poco después, también en ese escenario copado por lo bélico, firmaron sus solicitudes para ser miembros del bloque de 27. El cuestionario es la primera parte de muchas. Una vez que los países lo completen será la Comisión la que decida si emite un informe favorable o no. Si el Ejecutivo comunitario da luz verde, la pelota pasa a los Estados miembros, que decidirían en una cumbre de líderes los siguientes pasos. En el Consejo se decide por unanimidad y de acuerdo a los criterios de Copenhague si se admite la entrada de nuevos socios.

El comisario de Ampliación, Oliver Varhelyi, fue quien entregó los documentos a los ministros de Exteriores de ambos países, pues participan en Luxemburgo como invitados en el Consejo del ramo. "Este es el primer paso en la senda europea. Estamos listos para trabajar con vosotros muy rápido para emitir la opinión al Consejo Europeo, como nos fue encomendado", sostuvo el comisario. Von der Leyen se ha comprometido de hecho a acelerar en la medida de sus posibilidades el proceso. Esta parte tiende a alargarse en torno a nueve meses, pero es de esperar que esos plazos se acorten ahora.

Fuentes europeas señalan que el proceso con Ucrania no está siendo al uso por las circunstancias especiales que atraviesa el país y recuerdan que Bruselas redactará su evaluación lo antes posible en cuanto cuente con las respuesta de Kiev, que se ha comprometido a completar pronto el formulario.

Una vez se conozca la opinión técnica de Bruselas, el asunto volvería a los Veintisiete que en una cumbre a nivel de líderes debe decidir los siguientes pasos. Aunque el Ejecutivo europeo no contempla plazos, de cara a la cumbre ordinaria de junio podría estar listo el trabajo si todas las partes avanzan con la celeridad prometida.