Canal Historia
La Feria de Abril

La primera Feria de Abril se celebró en 1848 a iniciativa de dos empresarios, el industrial catalán Narciso Bonaplata y Curiol (1807, Barcelona-1869, Sevilla) y el vasco José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes (Bilbao 1816 – Sevilla 1878). Bonaplata había abierto una fundición de hierro en el barrio de San Antonio en 1840, mientras que Ybarra se dedicó al negocio naviero y agroalimentario, e incluso, llegó a ser alcalde de Sevilla. Ambos realizaron una propuesta para celebrar durante los días 19, 20 y 21 de Abril una feria anual en 1846. Al año siguiente la reina Isabel II dio su beneplácito. En un principio esta gran fiesta, que se ha convertido en universal por su singularidad, repercusión y dimensiones, era una feria de ganado. Hasta su traslado al barrio de Los Remedios, la Feria de Abril se celebró en el Prado de San Sebastián.

La Feria de Abril, obra de Andrés Cortés y Aguilar realizada por encargo de José María Ybarra y de la cual existen tres versiones, nos permite acercarnos al ambiente de esas primeras ferias. El pintor nos muestra una vista panorámica desde la ermita del Prado de San Sebastián en la que apreciamos una gran aglomeración de ganado y tratantes realizando sus negocios. Pequeñas tiendas de lona salpican la planicie, son las precedentes de las actuales casetas que los comerciantes utilizaban para protegerse del sol. Al fondo, las antiguas murallas (todavía no derribadas), la Puerta Nueva de San Fernando y la Fábrica de Tabacos. A la derecha emergen la Catedral y la Giralda.
En primer término aparecen retratados José María de Ybarra y su mujer María Dolores González, ambos con la indumentaria propia de los majos. Ella con falda, que parece de raso, adornada con tiras de volantes confeccionadas con madroños; este tipo de volante se denominaba en la época “faralá”. En el pecho luce mantón cruzado y va peinada con moño adornado con flores y peineta. Su marido, con las grandes patillas de moda en la época, lleva chaquetilla, ancha faja a la cintura y el sombrero característico. Detrás de ellos a caballo se encuentra Narciso Bonaplata, aparece vestido de manera similar, aunque con corbata y botas. A la izquierda, nos encontramos con un grupo de tres caballeros cuya figura central es el propio artista Andrés Cortés dibujando.

La Feria de Abril de Cortés Aguilar es un interesante documento histórico que nos permite acercarnos al origen de esta fiesta, un acontecimiento anual que representa un motor clave para la economía de la ciudad y que a juzgar por las cifras, goza de una inmejorable salud. La Feria de Sevilla es un festejo marcadamente popular, pero con estrictos códigos en cuanto a la indumentaria, y aunque las costumbres sociales han variado enormemente desde mediados del siglo XIX, la Feria se considera la mejor ocasión para lucir lo mejor de nosotros mismos. El Real se convierte en un auténtico escaparate de luz, color y arte.

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