¡Este artefacto de 3000 años podría probar que los antiguos astronautas alienígenas aterrizaron en la Tierra en una nave espacial!
Un descubrimiento reciente en Van Lake en Tushpa, la actual Toprakkale, según Sitchin, descubrió rastros de cobre que podrían haber venido de Mesopotamia o Chipre. La capital de Urartu en el siglo IX a. C. era Tushpa. El reino de Urartian estaba ubicado cerca del lago Van en las tierras altas armenias. Urartu aparece en la literatura asiria por primera vez en forma escrita.
Los habitantes de Urartu, que hablaban un idioma similar al hurrita, adoptaron la escritura cuneiforme asiria por diversas razones. Se estima que la sorprendente reliquia de piedra tiene aproximadamente 3.000 años, sin embargo, algunos científicos creen que podría ser más antigua. Se conserva en el Museo Arqueológico de Estambul en Turquía y no está abierto al público.
Según el libro de Sitchin «The Earth Chronicles Expeditions», el elemento de roca es una réplica tallada a escala de una nave espacial. 24 cm de largo, 9 cm de alto y 8 cm de ancho. En la parte trasera del monstruo, mencionó un enorme motor de escape flanqueado por cuatro motores de escape más pequeños. El piloto de la nave espacial cohete había desaparecido.
La existencia de una cabina de piloto en la escultura de roca con forma de nave espacial muestra que la Tierra fue visitada por astronautas prehistóricos. Se dice que el piloto está sentado en la cápsula con las piernas cruzadas. Lleva puesto un traje de presión ceñido a la piel.
Los antiguos poseían increíbles habilidades con los cohetes. Probablemente haya oído hablar del viejo concepto de guerra nuclear de máquinas voladoras. Se afirma que nuestros antepasados pudieron viajar por el espacio y saber más sobre el cosmos que nosotros. En Dhi Qar en 2016, el entonces ministro de Transporte iraquí, Kazim Finjan, hizo un comentario sorprendente. Dijo que los sumerios poseían un puerto espacial y podían ir más allá del sistema solar.
El documento de Sibiu, descubierto en 1961, proporciona descripciones detalladas de los fundamentos de los cohetes, así como imágenes de un cohete espacial de tres etapas. En la publicación también se incluyen instrucciones para fabricar combustible líquido para cohetes a partir de mezclas de combustible. A pesar de que a Conrad Haas se le atribuye la escritura del libro, muchas personas sienten que se basó en fuentes mucho más antiguas.
Los estudiosos han estado desconcertados durante décadas en cuanto a cómo los dioses de la antigua Mesoamérica impulsaron sus aviones, pero la nueva evidencia arqueológica ha arrojado algo de luz sobre el tema. En 2015, se descubrió una gran cantidad de mercurio líquido cerca del pie de la pirámide mexicana de Teotihuacan.
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