Los datos del último barómetro municipal desmontan al gobierno de Ada Colau. La inseguridad en la ciudad es el problema que más preocupa a los barceloneses, concretamente, al 24'8% de los entrevistados. Desde el Ayuntamiento siguen insistiendo en que la capital catalana es segura y que la percepción de los ciudadanos no corresponde con la realidad.
BALANCE DE CRIMINALIDAD
¿Pero qué hay de cierto en todo eso? Según los datos del Balance de Criminalidad del Ministerio de Interior de los tres últimos trimestres de 2022, los delitos han aumentado en un 35,4% respecto a 2021. Barcelona es la gran ciudad española con más crecimiento delincuencial, con una clara tendencia al alza. El consistorio explica que los hechos delictivos del 2021 no son una buena referencia, ya que había restricciones por la pandemia del coronavirus. No obstante, en ese año, la mayoría de personas ya hacía vida normal.
MEDIA DELINCUENCIAL
Pero aun así, si se comparan los datos de 2019 con los de 2022, tampoco dejan en buen lugar la gestión municipal. Es cierto que la media delincuencial baja, pero este fenómeno se da porque todos los delitos tienen el mismo valor. Es decir, un hurto vale lo mismo que un asesinato. De 2019 a 2022, los hurtos han bajado, pero los delitos más graves, como las agresiones sexuales con penetración, los robos con violencia y el tráfico de drogas, han crecido exponencialmente.
CRISIS DE SEGURIDAD
Hay que partir de la base de que el 2019 fue un año catastrófico en cuanto a la criminalidad. De hecho, según los datos del barómetro municipal, esto era lo que más preocupaba a los barceloneses, con un 29'1%. Una preocupación completamente justificada, teniendo en cuenta el elevado índice de delitos que hubo en la capital catalana, que desencadenó en una crisis de seguridad.
BARÓMETRO DE BARCELONA
El barómetro de Barcelona recoge datos desde 1992 y, tal como se puede ver en el gráfico, la inseguridad siempre ha sido un fenómeno que ha preocupado a los ciudadanos. En la franja de 2003 a 2009, hubo un pico de la percepción de la delincuencia en la capital catalana, que fue bajando gradualmente hasta 2015, cuando, coincidiendo con el inicio de legislatura de los comunes, volvió a subir progresivamente, llegando a su máximo en noviembre de 2019.
PERCEPCIÓN DE INSEGURIDAD
Al año siguiente, bajó considerablemente, en un 12,4%. Este descenso se debe a las restricciones del coronavirus y al confinamiento. Si los barceloneses estaban encerrados en casa, difícilmente podían ver la criminalidad en la ciudad. A partir de 2021, esta percepción de inseguridad siguió aumentando sin parar, convirtiéndose en el problema más grave para el 24,8% de entrevistados.
Pedro Velázquez, máximo responsable de la Guardia Urbana, insiste en que las sensaciones de los ciudadanos no corresponden con la realidad y que "Barcelona es una ciudad segura". Para poder demostrarlo, cae en la misma trampa que el resto de trabajadores del Ayuntamiento: coger el año 2019 como referencia, siendo éste uno de los peores en cuanto a la delincuencia.
CULTURA DE LA NAVAJA
Si se comparan los datos con los de 2021, hay una clara evidencia de que han subido los hechos delictivos, concretamente, en un 30,6% respecto al mismo periodo del año anterior. Albert Batlle, teniente de alcalde de Seguridad, está preocupado por la "cultura de la navaja" y atribuye este tipo de delitos a las bandas latinas, unas declaraciones que causaron gran polémica, como también lo causó el informe de la policía municipal, que ponía en evidencia que, el 76% de los detenidos entre enero y junio del año pasado, eran personas con nacionalidad extranjera.
MANDATO DE COLAU
La inseguridad no es el único problema que se puede apreciar en el documento. A partir de 2015, coincidiendo de nuevo con el inicio del mandato de Colau, los barceloneses concluyen que la ciudad ha empeorado respecto al año anterior. De hecho, en el último informe municipal, se registra la cifra más negativa de toda la historia del barómetro: el 66'4% creen que la capital catalana está en peor situación respecto al 2021.
ABANDONO INSTITUCIONAL
No obstante, los encuestados tienen esperanzas en que Barcelona mejore en el próximo año. Así lo consideran un 53,6% frente a un 33,5%, que creen que aún irá a peor. Otro de los problemas que más preocupa a los entrevistados es la falta de limpieza. Lamentablemente, ver las calles del Raval llenas de basura se ha convertido en el pan de cada día para muchos vecinos, que denuncian un abandono institucional por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
La preocupación por este tema vuelve a convertirse en una cifra histórica en el barómetro: nunca antes tantos entrevistados habían señalado a la limpieza como el problema más grave de la ciudad, con un total del 15,8%.
GESTIÓN MUNICIPAL
La tercera cifra negativa histórica que hay en el barómetro es la gestión municipal, que jamás había tenido tan malas valoraciones como durante el mandato de Colau, cuando la preocupación empezó a crecer exponencialmente, hasta llegar a su pico máximo en 2021, con un 8,4%. En el último informe, de 2022, supone el conflicto más grave de la ciudad para el 6,6% de los entrevistados.
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