jueves, 26 de enero de 2023

Así evolucionará la pensión máxima: de los 3.000 euros actuales a más de 9.000 euros al mes

 

El Gobierno prevé dos fases de destope de la pensión máxima: crecerá un 3% entre 2025 y 2050, y un 12,7% adicional entre 2051 y 2065

A esta senda de subida por el destope el Gobierno sumará la revalorización anual por el IPC

La brecha entre lo cotizado por los sueldos más altos y la pensión recibida alcanzará un 64% a mitad de siglo y se reducirá al 45% en 2065

¿Qué requisitos debo cumplir para cobrar la pensión más alta posible?

La base máxima cotiza en 2023 por un 25% más de la pensión a la que tendrá derecho ÁNGEL NAVARRETE

GONZALO D. VELARDE  .........  Abc



La segunda parte de la reforma de pensiones que negocian los agentes sociales con el Gobierno cuenta con dos medidas fundamentales: la ampliación del periodo de años cotizados para el cómputo de la pensión y el destope de la bases máximas de cotización ligado al incremento progresivo de la pensión máxima de jubilación. Y se dice progresivo porque el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones propone que el aumento de la pensión se produzca a menor ritmo que el de las cotizaciones a satisfacer por parte de las rentas más altas.

Concretamente, el Gobierno plantea una senda de subida de las cotizaciones del 30% entre 2025 y 2050, mientras que el aumento de la pensión máxima en ese periodo sería del 3%, es decir, la senda de subida de la prestación es diez veces menor que la de la aportación a realizar a la Seguridad Social.

Cabe recordar que el Ministerio capitaneado por José Luis Escrivá se ha preocupado de aclarar que esta subida será solo la correspondiente al proceso de destope que se fijó como una de las medidas a incluir en la reforma de las pensiones comunicada a la Comisión Europea como contrapartida a llegada de los fondos para la reconstrucción. Esta primera parte tiene está acotada en el tiempo: empezará en 2025 y terminará en 2050 para la cotización máxima y en 2065 para la pensión máxima.

Sin embargo, paralelamente, el Gobierno aplicará una subida de las bases máximas de cotización y de la pensión máxima por el avance de la inflación. Es decir, a esos porcentajes de incremento que el Ejecutivo prevé por el destope se sumará el porcentaje correspondiente al IPC. Una senda de aumento de cotización y pensiones que beberá de dos fuentes: el destope y el IPC.

Así crecerá la pensión: ejercicio con IPC del 2%

Aquí, el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social conformado por media docena de profesores y catedráticos universitarios expertos en la materia, realizan un ejercicio práctico del impacto que tendrá sobre las cotizaciones y sobre la cuantía de la pensión máxima de la Seguridad Social la subida planteada, y aplicando un 2% de IPC como porcentaje adicional a la subida prevista por la senda de destope.

El resultado: la pensión máxima crecerá en las próximas cuatro décadas unos 6.738 euros. Pasará de los actuales 3.059 euros mensuales a 9.797 euros al mes en 2065. Para entonces, la base máxima de cotización, que dará derecho a esas desorbitadas cuantía se situará en los 14.244 euros al mes -desde los 4.495 euros mensuales-.

En el caso de la pensión máxima el grupo de expertos actuarios distingue cuatro fases claras en el proceso. Con las subidas del 0,115% al año previstas en la primera fase, la pensión máxima tocaría los 4.000 euros mensuales para el año 2030, mientras que diez años después, en torno al 2040 se llegaría a la cifra de 5.000 euros anuales. Algo antes de 2050 se alcanzaría la cifra de los 6.000 euros (para ese año los expertos sitúan la cuantía bruta mensual en 6.458 euros). En una última fase, la que prevé el aumento del 12,7% en tres lustros la pensión crecería más rápidamente hasta llegar en 2065 a los 9.797 euros al mes.

Un brecha creciente

El mayor de los problemas que supone llegar a pensiones tan altas es si existe o no una correlación con el nivel de las aportaciones realizadas por esos sueldos elevados que generan derecho a estas cuantías. La respuesta es no. La medida planteada resta contributividad a la Seguridad Social y obliga a las rentas a partir de 54.000 euros anules (actual base máxima de cotización) a pagar más cada año mientras que su expectativa de pensión no aumentará en la misma medida.

Este cariz confiscatorio de la propuesta queda reflejado en la brecha existente entre la base máxima de cotización y la pensión más alta a la que se opta. Según los cálculos del grupo de investigadores, que también representa al Instituto de Actuarios Españoles, muestra como partimos de una diferencia ya considerable. Este año 2023, las rentas en base máxima de cotización (54.000 euros anuales) aportarán al sistema un 25% más que la cuantía de la pensión anual a la que como máximo tendrán derecho (42.829 euros anuales).

Como la medida resulta claramente contraria al principio de contributividad que rige el sistema de la Seguridad Social, el Gobierno a previsto una segunda fase de subida más intensa para alcanzar una revalorización equivalente al 30% que crecerá la base máxima de cotización. Esta segunda fase duraría quince años -finalizando en 2065- e implicaría que en estos tres lustros la prestación máxima asciende un 12,7%. Por lo que el aumento acumulado hasta ese 2065 sería del 16%.

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