Este parásito, capaz de ser transmitido al ser humano, es el principal agente causal de la meningitis eosinofílica
El Angiostrongylus cantonensis, también conocido como el gusano pulmonar de la rata, ha sido detectado por primera vez en la península Ibérica, concretamente en Valencia. Se trata de un parásito que habita en las arterias pulmonares de estos roedores y que, hasta la fecha, solo se había hallado en Tenerife (Islas Canarias) y en Mallorca (Islas Baleares).
Este organismo es el principal agente causal de la meningitis eosinofílica en humanos, una enfermedad que provoca la inflamación de la membrana que cubre el cerebro y que puede provocar ataques, lesiones cerebrales y trastornos visuales. Aunque por ahora no se ha notificado la detección de este parásito en otras ciudades o comunidades autónomas, los expertos alertan de que es probable que ya se encuentre en otros puntos del territorio.
¿Cómo llegó a la Península?
Los investigadores consideran que tanto la globalización como el cambio climático están favoreciendo la expansión de este parásito zoonótico de origen asiático. Así, desde el Ayuntamiento de Valencia aseguran que, al tratarse de una ciudad portuaria, el organismo pudo llegar a la península Ibérica hospedado en una rata en algún barco, aunque no es la única hipótesis.
El parásito también puede transportarse a través de los llamados hospederos intermediarios, que en este caso suelen ser moluscos terrestres o de agua dulce, como caracoles y babosas. De hecho, aseguran que el hallazgo del gusano se da tanto en núcleos urbanos como periurbanos, en zonas de huerta.
¿Cómo se transmite al ser humano?
El parásito, que fue localizado en dos tipos de ratas de la capital valenciana gracias al estudio parasitológico que llevó a cabo un grupo de investigadores de la Universidad de Valencia, puede llegar al ser humano a través de la ingesta de caracoles poco cocinados o verduras que se consumen crudas contaminadas con la baba del caracol o la larva infectiva del gusano.
Fermín Quero de Lera, jefe del Servicio de Sanidad y Consumo y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Valencia, que ha colaborado junto a la universidad en la investigación, explica a este medio que la mejor manera de evitar el contagio es lavarse las manos en caso de tener contacto con ratas o caracoles, así como cocinar adecuadamente el caracol o la verdura antes de su consumo. "La prevención es la misma que en cualquier otro caso de parásitos en alimentos", apunta.
¿Se espera en Cataluña?
Por el momento se desconoce si el parásito ha migrado también a otras comunidades autónomas, aunque "lo más probable es que sí", señala Quero. De hecho, dado que Barcelona también es una ciudad portuaria, apunta a que la probabilidad de su llegada es mayor. Es por ello que tanto desde el ayuntamiento como la universidad han decidido establecer un convenio de colaboración para estudiar la posibilidad de que el parásito esté también en otras ciudades e invitan al resto de territorios a investigar al respecto.
Además de recomendar que se tomen las medidas de prevención necesarias, los investigadores piden que se incluya a este parásito en el diagnóstico diferencial en pacientes con síntomas clínicos compatibles con la infección parasitaria, como son la cefalea intensa, tortícolis, náuseas, vómitos --entre otros-- con o sin historial de viajes a otros países endémicos.
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