Nueva oleada de robos con fuerza en el interior de vehículos, esta vez en el barrio de La Verneda i La Pau, muy cerca de la rambla Guipúzcoa. Varios vecinos de la zona se han puesto en contacto con Metrópoli para denunciar los hechos, que se llevan repitiendo desde hace semanas.
La falta de aparcamiento, explican los residentes del barrio, ha provocado que la calle de Bonaventura Gispert, paralela a la rambla de Prim y sin salida, se llene de motos y coches aparcados de forma improvisada y sin ningún tipo de control. Es esta hilera de vehículos estacionados lo que ha llamado la atención de diversos delincuentes que aprovechan para robar las pertenencias del interior.
UN SOSPECHOSO QUE "MERODEA"
Los robos se producen tanto de día como de noche, explican los vecinos. La calle, además, es idónea, ya que no está muy transitada y apenas está urbanizada. Sin embargo, el grupo ya ha fichado a un posible sospechoso que "merodea", según dicen, por la calle citada.
Al hombre, extranjero, le atribuyen la sustracción de los objetos personales, pero no creen que sea el que "revienta los cristales": "Creemos que se ha aprovechado".
AVISO A LOS MOSSOS
Uno de los vecinos se enfrentó al sospechoso, que le comenzó a hablar en inglés, cuenta, seguramente para despistar. "Yo pensaba que era una víctima, pero cuando le dije que lo mejor era llamar a los Mossos d'Esquadra me dijo que no quería problemas".
El potencial ladrón, lejos de amedrentarse, continuó por la zona, lo que hizo que el residente llamase a la policía. "Me dijeron que mandarían a alguien, pero después de una hora no apareció ningún agente. Si hubiesen venido cuando los llamé, lo hubiesen pillado", asegura el hombre.
CARTERISTA
Los mismos vecinos denuncian otra actuación similar por parte del cuerpo de policía catalán, esta vez en el autobús V29, que también hace parada por la zona. Un grupo de personas cazó in fraganti a un carterista que viajaba camuflado como un usuario más del transporte público.
En esa ocasión, los mossos subieron al autobús e identificaron al ladrón, pero nada más: "Ni lo cachearon para saber si ya había robado algo ni le hicieron nada", lamentan los residentes del barrio, que ven cómo los delincuentes huyen de la justicia con total impunidad.
DELINCUENCIA
Los vehículos estacionados en el barrio de La Verneda i La Pau ya fueron hace meses objeto de robo, pero de los catalizadores. Los ladrones se agazapan debajo del vehículo y, en pocos minutos, se llevan su botín. En los talleres de la zona conocen de primera mano este fenómeno que, desde principios de 2022, ha cogido impulso.
Los robos ocurren en varias zonas de Barcelona, pero en los últimos meses, Metrópoli se hizo eco del fenómeno en este barrio, al límite con Sant Adrià de Besòs.
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