lunes, 16 de enero de 2023

Urgencias saturadas en el Hospital del Mar: amenazas de dimisión y llamadas para esquivar pacientes

 

La subida de la presión asistencial, especialmente por el pico de las enfermedades de vías respiratorias como la gripe, deja esperas de "hasta catorce horas" a perfiles que deberían ser atendidos en una hora.

Pasillos llenos en las urgencias del Hospital del Mar. | Twitter (UrgenciasDelMar)
Hace días que los profesionales del Hospital del Mar exponen las cifras de la innegable 
saturación que viven las urgencias del centro sanitario barcelonés. Con un tope de 93 
pacientes, hace semanas que se han establecido cifras que doblan esta capacidad de 
manera habitual y rozan las 200 personas esperando a ser atendido o ser subido a 
planta. Esto ha disparado las esperas de los pacientes y ha estresado la atención. Y, ante ello, los sanitarios han 
estallado públicamente, pero también internamente.

Según detallan diversas fuentes a Nación, hasta tres miembros del equipo médico de 
urgencias habrían amenazado con dimitir de golpe si no se garantizaba la calidad 
asistencial. Además, la gestión del día a día no solo obliga a reducir significativamente 
las cirujanas no urgentes o llenar los pasillos de camas con pacientes, también hay otras 
muestras de la saturación: "Hay días que tenemos que llamar al SEM para pedir que 
no nos lleve más pacientes, que intente ir a otro hospital", detalla una médica del 
servicio de urgencias, en referencia a las ambulancias del Sistema de Emergencias 
Médicas (SEM) que trasladan casos urgentes a los centros médicos.
La sensación entre los sanitarios que se encuentran en el ojo del huracán de las urgencias 
es que hay un regocijo inacabable de ejemplos que evidencian la saturación que viven, 
acentuada con el agotamiento personal de las guardias de 24 horas. Sin embargo, la 
preocupación más repetida es la atención deficiente que algunos sanitarios consideran 
que se está ofreciendo a los pacientes. Ya no por ser ingresados en planta -que en 
algunos casos superan los cuatro días de espera- sino para recibir una visita médica y 
comenzar el tratamiento en urgencias. "Lo más escandaloso es el tiempo que tardas 
desde que llegas al hospital hasta que te visita el médico y te hace la primera asistencia, 
las pruebas y el tratamiento que necesitas", detalla una de las coordinadoras del servicio 
de urgencias, Rocío de Paz.

El sistema de triaje establece las prioridades en la atención según las condiciones del 
paciente y sitúa una horquilla temporal según la gravedad del paciente. El problema que 
denuncian, sin embargo, es que la gente que deberían hacer esperar un máximo de 
una hora por la condición que presenta está siendo visitada "hasta catorce horas 
después de llegar a urgencias", añade la misma fuente sanitaria.
En invierno es habitual que el pico de las enfermedades respiratorias vierta tensión a las 
urgencias, más aún ahora, con la coexistencia de la gripe y la permanencia de la covid-19
. Ahora bien, fuentes oficiales del propio hospital reconocen que este nuevo escenario 
está dejando una postal inédita. Al margen de las oleadas de la pandemia, se está 
llegando a "números de pacientes atendidos en urgencias que no habíamos visto nunca 
de manera tan sostenida", apuntan portavoces del centro.

En este sentido, sitúan un incremento de la presión en urgencias de alrededor del 
20% respecto al invierno del año pasado. También son personas, en muchos casos de 
más de 70 y 80 años, que están requiriendo más ingresos en planta de lo habitual. Antes, 
de los pacientes que llegaban a urgencias, poco más del 10% requería ingreso posterior. 
Ahora, las cifras están orientadas entre el 15% y el 20%.
Igualmente, sobre las peticiones al SEM para que no traslade más pacientes a urgencias, 
fuentes del hospital admiten que es una de las prácticas derivadas de la actual situación. 
"Se trata de derivar pacientes para que no siga sobrecargándonos ante una presión 
muy alta", exponen desde el centro sanitario, al tiempo que piden evitar la palabra 
"colapso" porque quien llega acaba siendo atendido.


Sanitarios que dicen bastante

Los que no dudan en utilizar un lenguaje más contundente son los profesionales que se 
hacen cargo de estas urgencias. Agotados, al menos una de las médicas que amenazó con
 dimitir ya lo ha ejercido. El ritmo agotador y la herencia de la covid, aún sobre los 
hombros de los sanitarios, han llevado a varios trabajadores a coger la baja o a 
replantearse el futuro. "Yo ya he anunciado que este enero rescindo mi contrato", 
explica de Paz. Tenía un contrato indefinido y un buen sueldo, explica, pero la situación 
se le ha hecho insostenible.

"Cuando nos equivocamos, muere gente. Y yo no puedo tener esa sombra encima 
constantemente cuando trabajo con la salud de las personas. Cuando cada día sufres, 
te 
planteas si tienes alguna otra opción. Y ahora hay trabajo en diferentes lugares, para 
los médicos. Así que buscaré alternativas a cambio de paz mental", expone la sanitaria. 
Como ella, otros compañeros han huido de urgencias en los últimos dos años o han 
dejado de hacer guardias.

Hace meses que los diferentes perfiles sanitarios del hospital reclaman cambios. Más 
allá de saber que el problema no es exclusivo del Hospital del Mar, y que la gestión de 
las urgencias provoca situaciones parecidas a otros centros sanitarios del país, los 
trabajadores de este hospital han empujado especialmente, en el último año. El pasado 
noviembre, de hecho, el equipo de urgencias envió un escrito a la gerencia y las 
direcciones de medicina y enfermería. En él se expresaba decepción por promesas 
incumplidas. "Curiosamente aumenta la cifra de pacientes, la complejidad y la 
gravedad de los mismos, pero el personal sanitario y los recursos son los mismos", 
protestaba la carta.


La ampliación y poder incorporar más personal

Desde el centro sanitario, al margen de haber habilitado camas de apoyo al Hospital de
 la Esperanza, puntualizan que el gran cambio a la vista lo experimentarán cuando se 
estrene la ampliación del Hospital del Mar, que doblará la superficie de urgencias y 
aportará 75 nuevas camas de hospitalización. Igualmente, reconocen que uno de los 
principales retos está siendo poder pescar nuevos profesionales. "Hay un problema 
de contratación y no hay suficientes profesionales para cubrirlo todo", se explica desde 
el centro, que pese a ello concretan que ya se ha tramitado la autorización para fichar 
más personal de manera inminente.

Si bien las consecuencias más claras se ven en el Hospital del Mar, el resto de grandes 
equipamientos barceloneses están experimentando una situación con un fondo similar, si 
bien los recursos son diferentes. Lo ejemplifica el caso del Hospital de Sant Pau
"Tenemos una red de centros sociosanitarios que nos permite ubicar a las personas 
mayores y estabilizar a los enfermos con pluripatologías sin comprometer la ocupación 
de las camas del hospital o las urgencias", expresan fuentes del centro a este diario. Así, 
constatan que hay un aumento de la demanda por la llegada de la gripe respecto a otros 
años, especialmente ahora que ya no llevamos mascarilla de manera recurrente, pero se 
niega la saturación de los servicios hospitalarios. En cuanto a los profesionales, sin 
embargo, en el propio Hospital de Sant Pau se han tenido que hacer refuerzos.
 

Más allá del Mar

Ahora bien, ni el Sant Pau ni el Hospital de la Vall d'Hebron han llegado a 
desprogramar ninguna cirugía, resaltan fuentes oficiales de los dos centros. Mientras 
que el Clínico no ha dado detalles de la situación de las urgencias, en la Vall d'Hebron 
ubican el actual pico invernal en la normalidad. "Hay una afluencia importada de 
pacientes, pero como cada invierno y se está funcionando de manera correcta", 
resuelven portavoces del hospital.

Mientras tanto, y con la duda de si aparecerá un nuevo repunte de enfermedades 
respiratorias con la temporada de frío, quienes da un paso adelante son los sanitarios. El 
próximo 25 y 26 de enero habrá dos jornadas de huelga unitarias, que concentrará 
tanto la convocatoria inicial de Metges de Catalunya como la llamada de la Mesa 
Sindical de Sanidad de Cataluña, que integra enfermería, auxiliares y el resto del 
personal sanitario. Entre los principales motivos de esta movilización, la sobrecarga de 
trabajo.

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