En los dos últimos años la incidencia de esta infección viral ha subido de forma considerable
La culebrilla o herpes zóster es una infección viral causada por el virus de la varicela-zóster que afecta a los nervios periféricos y la piel. Es el mismo virus que provoca la varicela en los niños, pero, una vez que la persona se ha recuperado de la enfermedad, este agente patógeno puede permanecer inactivo en los ganglios sensitivos del cuerpo. Y, aunque puede resultar inofensivo durante muchos años, puede reactivarse después causando el herpes zóster.
Esta enfermedad vírica puede afectar a cualquier persona que haya tenido varicela, es decir, el 95% de la población en España. El riesgo de padecer herpes zóster aumenta con la edad y cuando el sistema inmunológico está debilitado. Por eso tiene incidencia, sobre todo, en individuos de edad avanzada y en aquellos que tienen alterada su respuesta inmune debido a enfermedades o a tratamientos inmunodepresores, explican desde Quirónsalud. Vienen a producirse entre tres o cuatro casos por cada mil habitantes, con un incremento mayor a partir de los 50 años. A partir de los ochenta, la incidencia se multiplica por tres.
Los síntomas de la culebrilla suelen comenzar con un dolor intenso localizado en la zona del nervio afectado, habitualmente el tronco, una extremidad o la cara. A continuación suelen aparecer ampollas que con el tiempo se secan y dejan alguna costra. La mayoría de las personas se recuperan en un plazo de 2 a 4 semanas pero en algunos casos puede provocar complicaciones graves, como la Neuralgia Post Herpética (NPH).
La NPH es la complicación más frecuente tras la infección. Se produce hasta en el 30% de los casos y consiste en un dolor neurálgico persistente en el área de la erupción cutánea, incluso cuando ésta ha desaparecido, debido al daño de un nervio causado por el virus. Esto se traduce en pérdida de calidad de vida y en discapacidad del paciente.
La infección por herpes zóster es un importante problema de salud pública. En los dos últimos años la incidencia en España ha subido de forma considerable, posiblemente debido a que, según indican algunos estudios, las personas diagnosticadas de Covid-19 pueden presentar mayor riesgo de reactivación del virus.
Por ahora, hay dos tipos vacunas autorizadas para prevenir la aparición de la afección: una vacuna atenuada y una vacuna producida por técnicas de recombinación de ADN compuesta por una glicoproteína (HZ/su). La vacuna atenuada contiene virus de varicela modificados en el laboratorio para debilitarlos y en una concentración superior que las vacunas de varicela. Ambas tienen un buen perfil de seguridad. No obstante, la vacuna atenuada no puede ser administrada a inmunodeprimidos.
En España, la vacunación frente a Herpes Zóster- con la vacuna HZ/su- está incluida en el calendario de vacunación recomendado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) y está aconsejada en los siguientes casos:
Personas con debilitamiento del sistema inmunitario
- personas con trasplante o en espera del mismo
- infección por VIH
- tratamiento con fármacos anti-JAK
- hemopatías malignas
- tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia
Población a los 65 años: además, se podrán captar progresivamente cohortes entre 66 y 80 años comenzando por la población que cumple 80 años, indica Sanidad.
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