domingo, 19 de marzo de 2023

Los casos de sarna se disparan en España: aumentan un 40% cada año desde 2020

 

Sarcoptes scabiei, parásito causante de la sarna.
Sarcoptes scabiei, parásito causante de la sarna.
WIKIPEDIA / Arthur Goldstein

Puede evocar reminiscencias de otras épocas o asociarse instintivamente a hábitos de higiene cuestionables y más bien escasos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La sarna, ya mencionada por san Isidoro de Sevilla en sus Etimologías en el siglo VII, y el insoportable prurito que conlleva no han desaparecido con el paso de los años. No hace falta remontarse a la Edad Media para encontrarla ni ser un marrano irredento para sufrirla, pues afecta a personas de cualquier edad y estrato social. De hecho, desde 2008 se ha registrado un aumento sostenido de los casos.

Es una de las conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por el Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), que ha revelado también que el número de casos de sarna -producida por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei- está aumentando un 40% cada año desde 2020. Ahora, su objetivo es tratar de esclarecer los motivos de este incremento, así como trazar un perfil del paciente más susceptible de contagiarse, analizar la respuesta al tratamiento y las zonas del país más castigadas.

"Desde 2008, hemos registrado un aumento constante y mantenido. Ha habido dos años en los que se ha producido un cambio de tendencia a peor. Se intensificó a partir de 2013, cuando hubo un aumento en el número de casos anuales de en torno al 18% con respecto a ejercicios anteriores. También en 2020, coincidiendo con la pandemia, detectamos otra subida, la curva se verticalizó. La variación interanual de la cantidad de afectados desde entonces está siendo del 40%", explica Eliseo Martínez, coordinador del grupo.

Dado que no hay datos oficiales sobre los casos de sarna, pues no se trata de una enfermedad de declaración obligatoria salvo en brotes que comprometan la salud pública, los investigadores se han basado para realizar el estudio en la prescripción de permetrina, un fármaco usado como primera línea terapéutica y hasta hace muy poco único tratamiento financiado en España contra esta patología. Esto no solo les ha permitido observar que se trata de un incremento real, sino de calcular una estimación de esta subida.

"La variación interanual de la cantidad de afectados desde entonces está siendo del 40%"

"Es una inferencia. Si los médicos estamos prescribiendo más permetrina es porque estamos viendo más sarna. Los datos que tenemos sí que nos hablan de que ese incremento no es una percepción nuestra, no es algo subjetivo, no es que los medios hayan puesto el foco ahí... Estamos viendo y tratando más casos", detalla Martínez.

Incremento generalizado

Este incremento de los últimos años del que habla Martínez, también lo ha detectado Alba Catalá, dermatóloga en el Hospital de la Santa Creu y San Pau de Barcelona. "Desde 2015, ahora que se tienen registros en Cataluña y podemos comprobarlo, se ha visto un aumento del número de casos diagnosticados. El incremento ha sido progresivo desde entonces hasta un cierto momento, pero no me parece que actualmente siga subiendo. No creo que estemos peor que hace medio año", señala. 

"Desde que era residente, y acabé en el 2013, hemos visto sarna. No es una cosa que antes no existiera y ahora sí. Casos siempre ha habido, pero es verdad que han ido en aumento y especialmente durante el periodo de la pandemia. Muchas personas no tenían acceso al médico, al especialista. A lo mejor, a algunos pacientes no se los pudo diagnosticar durante un tiempo largo y es posible que eso ocasionase brotes no tratados que han podido favorecer la expansión de la enfermedad entre la población. No obstante, desde que hemos empezado a visitar de manera más normal, el número está más o menos estable", expone.

"Casos siempre ha habido, pero es verdad que han ido en aumento y especialmente durante el periodo de la pandemia"

Ante esta alza de los pacientes afectados por la sarna, la Generalitat de Catalunya publicó en diciembre un protocolo y lo envió a los médicos de familia para que dispusieran de los datos necesarios para realizar un diagnóstico certero. "A veces el problema es que los pacientes no están correctamente tratados o no se les da toda la información. Es importante dedicar cinco o diez minutos a explicárselo todo bien porque, si no, no se curan y es más fácil que contagien a otras personas", ahonda la dermatóloga.

Motivos, tres hipótesis

En cuanto a los motivos detrás de esta subida de casos, Catalá ya ha esbozado uno: la pandemia. "Hasta ahora solo tenemos hipótesis, y una de ellas es la COVID. El tiempo que pasamos encerrados pudo favorecer la transmisión por dos vías. La primera, el contagio intrafamiliar en aquellos hogares donde había una persona infectada. La segunda, al existir un peor acceso a la sanidad, quien tenía sarna pudo permanecer meses sin diagnóstico y sin tratamiento, con lo que se multiplicarían los parásitos en su organismo y sería incluso más transmisora", subraya Martínez.

"Ahora bien, esta teoría explicaría el aumento posterior a 2020, pero no el previo", advierte el dermatólogo. Otra de las hipótesis barajadas, profundiza, es que la sarna se esté comportando como algunas enfermedades de transmisión sexual, sin serlo. "En la última década están subiendo la sífilis, la gonorrea... Quizá porque la gente tiene otra forma de vida, porque nos relacionamos de otra manera... Eso puede hacer que ciertos parásitos y bacterias tengan más facilidad para contagiarse", abunda. 

En este sentido, la sarna no es una enfermedad de transmisión sexual, aclara, pero requiere de un contacto personal estrecho para que se produzca un contagio. Por eso, es más fácil que esta difusión de la enfermedad acontezca entre parejas que en encuentros casuales. 

Una de las hipótesis para explicar esta subida es que la sarna se esté comportando como algunas enfermedades de transmisión sexual

La tercera y última hipótesis es que los tratamientos puedan estar "perdiendo eficacia", aunque se trata de una teoría "sin contrastar". De hecho, los estudios existentes no indican este fenómeno, si bien hay profesionales que consideran factible esta teoría, incide. En este escenario, la AEDV trabaja ahora en otro estudio para filiar los pacientes de riesgo, quién responde mejor al tratamiento, qué zonas de España se han visto más golpeadas por esta patología...

Origen y tratamiento

También conocida como escabiosis, la sarna está causada por el parásito Sarcoptes scabiei, que se mueve por debajo de la capa más superficial de la piel y, al hacerlo, produce picor, más intenso por la noche. El prurito, debido a la reacción del sistema inmune ante la presencia de este ácaro, es el principal síntoma de la enfermedad, que puede ir acompañado de lesiones cutáneas sobreelevadas. Las más típicas son los surcos dejados por este organismo al desplazarse y otras rojizas, concentradas ambas en manos, pies y genitales.

Para curar la sarna, el tratamiento más usado es tópico y se trata de la permetrina al 5%, que suele aplicarse desde el cuello hasta los pies en dos ocasiones separadas por una semana, señala Catalá. El procedimiento obedece a que esta crema sirve para eliminar los parásitos adultos pero no los huevos. En ese periodo de siete días, estos últimos habrán eclosionado para convertirse en ácaros, pero no habrán aparecido otros nuevos. En ocasiones, agrega, se administra una tercera y hasta una cuarta vez para estar seguros de que se ha erradicado el ácaro.

Ante el alza de casos, en muchas ocasiones se combina la permetrina con un medicamento por vía oral, la ivermectina. El número de pastillas depende del peso del paciente y se toman al mismo tiempo que se aplica la crema. "Es fundamental detallarle al paciente cómo debe actuar y por qué, recalcarle la relevancia de respetar los tiempos. Además, es importante que su pareja y sus convivientes realicen también el tratamiento, porque es posible que alguno de ellos se haya contagiado, aunque no muestre síntomas todavía", destaca la dermatóloga.

Además del tratamiento médico, también es crucial cumplir ciertas medidas de higiene. Aunque el contagio a través de la ropa es residual, puede suceder, por lo que es preciso lavarla a más de 60 grados o guardarla en bolsas de plástico. "Así nos aseguramos de que no queda ningún parásito en las prendas al volver a usarlas", remarca.


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