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El año pasado, los países de la OTAN reportaron un total de 570 de los llamados arranques de alarma, que se activan cuando los radares identifican aeronaves no identificadas
Los Eurofighters de las Fuerzas Aéreas alemana y británica que patrullan sobre el Mar Báltico han interceptado tres aviones de reconocimiento rusos en este espacio aéreo internacional que volaban «sin señal de transpondedor». Según la Bundeswehr alemana, se trataba de dos máquinas militares del tipo SU-27 y un IL-20. Dado que los estados de la OTAN de Estonia, Letonia y Lituania no tienen sus propios aviones de combate, la alianza militar ha asegurado el espacio aéreo báltico en el noreste de Europa desde 2004. Con este fin, los aliados rotan regularmente aviones de combate y personal a los países del Mar Báltico que limitan con Rusia.
El año pasado, los países de la OTAN reportaron un total de 570 de los llamados arranques de alarma, que se activan cuando los radares identifican aeronaves no identificadas. En comparación con el año anterior, el número casi se duplicó. Según la OTAN, la razón del aumento no es solo una mayor actividad de la fuerza aérea rusa, sino también una presencia más fuerte de la OTAN en el flanco oriental como resultado de la guerra de agresión rusa contra Ucrania.
Uno de los momentos de mayor tensión en la zona tuvo lugar el pasado 30 de marzo, cuando el Ministerio de Defensa ruso informó que un caza Su-35 sobrevoló el Mar Báltico después de que dos bombarderos estratégicos estadounidenses volasen a su vez en dirección a la frontera rusa, pero que regresó a la base después de que se alejaran. El suceso se producía después de que el 14 de marzo un dron estadounidense se estrellase en el Mar Negro tras ser interceptado por aviones rusos, en lo que fue el primer encuentro militar directo conocido entre Estados Unidos y Rusia desde el 24 de febrero.
En coincidencia con el inicio de la invasión de Ucrania, Rusia desplegó por primera vez en 30 años buques armados con munición nuclear táctica en el Mar Báltico, según informó en su momento la inteligencia noruega, que subrayó que la parte clave del potencial nuclear estaba en los submarinos y en barcos de superficie que procedían de la Flota del Norte rusa. Rusia ya contaba con armamento potencialmente amenazador para Noruega y la OTAN, este armamento nuclear táctico supone una amenaza particularmente grave en varios escenarios operativos en los que los países de la OTAN pueden llegar a estar involucrados.
La vigilancia aliada de este espacio aéreo se lleva a cabo, por tanto, con especial diligencia. Cuando los cazas de la OTAN detectan aviones rusos no identificados, el protocolo indica que los fotografíen y que los escolten fuera del espacio aéreo de cualquier país aliado. A menudo se trata de aviones rusos que despegan desde Kaliningrado. Los países bálticos están pidiendo un protocolo de defensa más completo. «Esperamos que se llegue a un consenso, pero aún no está garantizado», lamenta el ministro de Defensa de Lituania, Gabrielius Kandsbergis, que se queja de que los planes de defensa anteriores se han estancado debido a que Turquía bloqueó la actualización de la OTAN, un bloque instrumentalizado para impulsar el etiquetado de los combatientes kurdos en el norte de Siria como terroristas.
«Probablemente tengamos que mantener el champán en el refrigerador por ahora», dice Landsbergis sobre los nuevos planes de la OTAN, que califica como «un importante paso adelante». El presidente Gitanas Nausėda también ha declarado que los nuevos planes de defensa del Báltico, que se han presentado a los estados miembros, cumplen con las expectativas de Lituania. Estos planes contemplan la defensa desde los primeros días de un posible conflicto. Anteriormente, el enfoque era que los países bálticos deberían tratar de contener una ofensiva rusa hasta que lleguen refuerzos aliados para ayudarlos.
Mientras la OTAN se pone de acuerdo al respecto, Rusia está monitoreando concienzudamente sl Mar Báltico, preparándose para un posible sabotaje de las redes de suministro energético o del sistema de comunicaciones, según ha revelado una reciente investigación conjunta de las televisiones públicas de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Camuflados en barcos civiles, científicos y pesqueros, agentes rusos toman nota con sumo detalle de plantas energéticas y conductos de transmisión, facilitando la voladura de infraestructuras con minas y explosivos que pueden ser colocadas ahora y explotadas a distancia cuando llegue el momento.
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