Vecino del barrio de toda la vida, explica cómo un grupo de jóvenes que saltaba la valla lo agredió y le robó el móvil con el que les había grabado.
Joan Escaió es vecino de la calle de Marià Labèrnia desde hace 76 años, es decir, desde que nació. Siempre ha vivido felizmente, pero lamenta que "ahora toca sufrir". Los problemas en la colina de La Rovira comenzaron con la llegada masiva de turistas y a raíz de las quejas vecinales, el Ayuntamiento instaló unas vallas para cerrar el paso al parque de la colina de La Rovira durante las noches y evitar así las fiestas ilegales.
"Los turistas saltan la valla, no hacen caso a la policía ni a nadie", lamenta. El miércoles, 21 de junio, fue uno de tantos días de ruido y fiestas ilegales en la colina de La Rovira. Como había hecho otras veces, quiso registrar los hechos: "Me puse en la puerta de mi casa a grabar cómo estaban saltando la valla. Había una cuarentena de personas".
Puntadas de pie antes de robarle el móvil
Relata que mientras grababa el grupo de jóvenes, uno de ellos se plantó a su lado sin que se diera cuenta. "Me metió una puntada de pie en el pecho y me tiró al suelo. Voy a caer tendido al suelo, medio cuerpo dentro y medio cuerpo fuera de mi casa. Me quise levantar y me echaron dos puntadas de pie". Juan tiene dos azules claramente visibles en el brazo derecho y se queja, sobre todo, de la cadera: "Al caer de espaldas me voy a hacer bastante daño", añade.
Acto seguido, una chica del grupo le robaron el teléfono móvil con el que los había grabado saltando la valla. "La chica que iba con ellos me tomó el móvil, que lo tenía en la mano. Estaba encendido, grabando y se marcharon corriendo". Al día siguiente se compró otro modelo de la misma marca y pudo recuperar los archivos que tenía almacenados sincronizando los datos de su cuenta. En cambio, falta el vídeo en cuestión: "La grabación esta no está, así que lo he perdido", lamenta. Escaió ha denunciado los hechos a los Mossos d'Esquadra.

Más agresiones y alborotos
No es la primera vez que Joan Escaió recibe una agresión en una situación parecida. "Aquí mismo me agredieron hace unos años. Me metieron un golpe de puño —en el cuello— y me pusieron 11 puntos". Asegura que, aquella vez, el chico que lo agredió se estaba pillando en la puerta de su casa.
Él no es el único afectado. Explica que "al vecino le quemaron el coche" en una de tantas noches de alborotos en la colina de La Rovira. De hecho, el propio Escaió se pasea por el parque para observar cómo se comportan los visitantes. Asegura que "hay un problema de seguridad" y que a veces ha visto cómo han tomado la cartera a otros turistas que van de visita.
Reclama más presencia policial
"No saben gestionarlo". Así de contundente es Escaió cuando habla del problema que sufren en el barrio. Asegura que una vez que la Guardia Urbana cierra el acceso al recinto de las baterías antiaéreas, algunos grupos de jóvenes vuelven a entrar en seguida después, saltando las vallas. En cambio, asegura que cuando hay agentes permanentemente regulando la entrada al parque, se consiguen evitar las fiestas ilegales: "Esto se arregla con vigilancia", afirma.
El Consejo Vecinal del Turó de la Rovira ha convocado una concentración el 26 de junio a las 19 h en los Jardines de Juan Ponce para denunciar los hechos.
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