Al bonito emplazamiento del Cabo de Creus solo se puede llegar en barco o tras una caminata de dos horas
En España, los amantes de la playa tienen opciones para todos los gustos gracias a los innumerables rincones en los que poder ir a darse un baño. Hay quien prioriza la proximidad, la comodidad o los servicios que hay en la zona elegida, pero otros buscan directamente postales de ensueño, porque aquí las tenemos, para darse un chapuzón.
La Costa Brava, en Gerona, es uno de los puntos predilectos para encontrar calas recónditas. Bañada con aguas mediterráneas, la zona tiene admiradas calas y las que están próximas al Cabo de Creus, por la imponencia del territorio, suelen ser entre las más populares. De allí destaca, por su evidente potencial, Cadaqués y el paisaje único de este parque natural tantas veces amenazado y protegido de la construcción humana. El Cabo tiene otra gran joya en su parte norte, en el pueblo pescador de El Port de la Selva.
La zona tiene una gran extensión y está plagada de personalidad. Cuenta con una trentena de playas y pequeñas calas para todos los gustos: las hay de arena fin o con piedras redondeadas por el paso de agua y viento. Lo que no falla en ninguna de ellas es una agua cristalina que encandila a todos.
Un remanso de paz
Entre ellas, destaca la cala de Taballera. Escondida detrás de una larga lengua de mar flanqueada por rocas en la zona más nórdica del Cabo de Creus, próxima a Francia, este espacio es ideal para las embarcaciones que buscan fondear en la zona. Y es que El Port de la Selva, el municipio al cual pertenece esta playa, es uno de los grandes atractivos de la zona por detrás de Cadaqués y Portlligat, el mítico pueblo blanco en el que Salvador Dalí encontró inspiración y paz.
La playa tiene unos 135 metros de largo y unos 20 de ancho, combina arena gruesa y grava y es un perfecto remanso de paz y un lujo para las vistas. De hecho, la zona es muy virgen, salvo por las antiguas barracas de pescadores que permanecen allí. Por su exclusividad, el espacio no cuenta con ningún tipo de servicio.
Además, aunque la entrada del agua no tiene mucha pendiente, en pocos pasos se consigue bajar el desnivel, con lo que el chapuzón puede ser completo.
Realmente, llegar a Taballera por mar es casi más fácil que hacerlo a pie. No existe acceso para los vehículos por lo que la otra opción es ir a pie. La orografía no lo pone fácil: Taballera, que está a unos 5 kilómetros del casco urbano de El Port, requiere una caminata de un par de horas por el sendero GR-11, que supera zonas rocosas.
La excursión no es especialmente fácil y en días muy calurosos puede ser pesada, teniendo en cuenta que existen alternativas igual de bonitas durante el camino. Sin embargo, la ruta y el paseo hasta el destino final no decepcionará.
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