Aceite de oliva, cerdo o zumo se encarecen aún más en España que en el resto de la UE

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Los efectos de la crisis de precios no han desaparecido por completo y la cesta de la compra da buena muestra de ello. Aunque la inflación subyacente se haya frenado en el dato adelantado de marzo, los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron de media un 5,3% en febrero, su menor subida desde que Rusia invadió Ucrania a finales de febrero de 2022, pero a un ritmo todavía elevado. El coste de los productos básicos ha ido moderando su avance y para que esta evolución se percibiese en el bolsillo de los consumidores el Gobierno amplió la eliminación o rebaja del IVA a los bienes de primera necesidad hasta finales de junio. 

En relación a otros países del entorno hay determinados productos que siguen subiendo con más fuerza en España, como confirman los datos de la herramienta de seguimiento de los precios de los alimentos, desarrollada por Eurostat y que permite hacer comparaciones homogéneas entre los distintos estados de la Unión Europea. El caso más evidente es del aceite de oliva. Su precio se disparó en febrero un 67%, el mayor incremento entre los Veintisiete, y por encima del 51,1% que aumentó en la Eurozona o del 50,4% que lo hizo de media en la UE. 

El aceite de oliva ha sido uno de los productos más afectados por la sequía y por unas temperaturas extremadamente altas, que han repercutido de forma negativa en las dos últimas campañas (cada campaña arranca en octubre y concluye a finales de septiembre del siguiente año). Sólo en la de 2022-2023 la producción se redujo a la mitad. Esa mala cosecha se tradujo, en una caída del consumo de hasta el 20% en el último ejercicio y en un desplome del 35,8% de las exportaciones, de acuerdo con las cifras que maneja el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

La escasez de lluvias, el encarecimiento de los fertilizantes desde el inicio de la guerra en Ucrania y las restricciones a la exportación en países productores como Turquía han disparado el precio del 'oro verde' un 191,1% desde enero de 2021, según los datos que el Instituto Nacional de Estadística (INE) recaba para calcular el comportamiento del Índice de Precios al Consumo. Al igual que las pastas alimenticias o los aceites de semillas, el de oliva se ha beneficiado de la rebaja del 10 al 5% en el tipo de IVA que se le aplica desde enero del año pasado, por lo que su escalada podría haber sido incluso mayor.

Este fuerte aumento del coste de venta al público se da también en el grupo de los aceites y grasas en general, que se encarecen el triple que en la Eurozona (46,2 frente a 15,2%) y cinco veces más que en el conjunto de la Unión (8,4%). En esta clasificación se incluyen los aceites de girasol, soja, algodón, colza, maíz, cacahuete, palma, almendra, coco o copra, así como las margarinas y mantequillas o la manteca, entre otros productos. 

Los costes golpean al tercer productor de cerdo a nivel mundial

Otro de los alimentos que suben más en España que en el resto de estados europeos (en todos salvo en Croacia, donde el alza es del 21,4%) es la carne de cerdo. Lo hace más del doble que en el conjunto de la Eurozona, esto es, un 11% frente al 5% de media en la región. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) sitúa a España como tercer productor de este tipo de carne a nivel mundial, tan solo por detrás de China y Estados Unidos. 

El país, que cuenta con el mayor censo porcino de toda la Unión, se ha visto afectado por el aumento de los costes de producción. Fundamentalmente, por los del transporte, con la subida de los carburantes, pero también por el alza de los energéticos -que repercute de forma notable en los mataderos- y de los de la alimentación, al subir el precio de los piensos. 

Por último, los precios de los zumos de frutas y verduras se incrementaron en febrero casi un 19% interanual frente al 13,3% del área del euro o al 12,5% de media entre los Veintisiete. En esta categoría, en la que España también encabeza la subida a nivel europeo, se incluyen además los concentrados para la preparación de bebidas basados en frutas o vegetales, los reparados de leche y frutas o la horchata. 

En el lado opuesto se sitúan el pan y los cereales, que se incrementaron apenas un 1,5% interanual en febrero, un alza que está entre las más bajas de toda la Unión Europea. Estos productos están exentos de IVA desde enero del año pasado Lo mismo sucede con el yogur, cuyo precio descendió un 0,7% -pese a haberse mantenido el tipo impositivo que les afecta en el 10%-.

Dado el impacto que tiene la subida de los alimentos en el bolsillo de los consumidores, especialmente en los de rentas más bajas, el Gobierno esperará hasta junio para decidir si mantiene la rebaja del IVA de los alimentos más allá del día 30 de ese mes, cuando estaba previsto que ésta expirase. Fuentes del Ministerio de Hacienda ya no descartan una prórroga de esta medida, que se incluyó dentro del paquete anticrisis para hacer frente a la escalada de la inflación.