Metropoli
La Guardia Civil ha detenido a seis individuos y ha recuperado material por un valor superior a 300.000 euros
La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal que robaba y vendía faros y recambios de coches, una operación que se ha saldado con la detención de seis personas en Barcelona y Jaén. A los detenidos se les imputan los supuestos delitos de hurto continuado, pertenencia a organización criminal y falsedad documental.
La operación, iniciada tras la denuncia de una multinacional de automoción con sede en Martos (Jaén), ha logrado recuperar material de iluminación de vehículos por un valor superior a los 300.000 euros. También han sido intervenidos terminales de telefonía móvil y varios equipos informáticos. La operación ha sido llevada a cabo por la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén.
Robo de la carga
Durante la investigación, los agentes comprobaron que un empleado de la factoría de Martos que realizaba labores de manipulación y transporte en el interior de las instalaciones, aprovechaba los referidos traslados para realizar en sus trayectos paradas innecesarias, en las que, al parecer, sustraía parte de la carga que transportaba.
A finales de enero sorprendieron a dos empleados cuando trasvasaban cuatro palés de faros a un camión alquilado por ellos, por lo que se procedió a su detención. A raíz de los arrestos, lograron determinar la forma de actuar de la trama delictiva, identificando a otros de los implicados en la organización, responsables de la administración de una empresa de recambios del sector de la iluminación de automoción ubicada en la provincia de Barcelona. Los agentes también localizaron al responsable que adquiría el producto para la compañía barcelonesa.
'Modus operandi'
Para adquirir el material que le interesaba el responsable hacía constar el tipo de faros, marcas y modelos que quería. Acto seguido, los integrantes de la organización planificaban la carga de los camiones, teniendo en cuenta los turnos de trabajo más oportunos para proceder a la sustracción de la mercancía. Una vez sustraída la mercancía, se solía almacenar en una nave o parcela aislada, propiedad de uno de los miembros de la organización, hasta completar la capacidad de carga de un vehículo pesado para proceder al transporte hasta su destino.
Cuando el grupo delictivo había acumulado suficiente material, el responsable de la empresa de Barcelona se desplazaba hasta la localidad de Martos con un camión o furgoneta de alquiler, desde donde trasladaba la mercancía sustraída hasta sus dependencias de Barcelona.
Para hacer los pagos de los pedidos, se ha podido comprobar que el dinero se enviaba desde Barcelona a Martos oculto en el interior de un faro o carcasa defectuoso, llegando a trasladar hasta 10.000 euros en billetes de 50 euros. De esta manera, aparentaban la devolución del pedido por ser defectuoso.
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