Un grupo de sujetos armados ha abierto fuego este viernes en el interior de la sala de conciertos Crocus City Hall en el noroeste de la capital de Rusia, Moscú, dejando un balance provisional de 143 muertos y 145 heridos. No obstante, el Comité de Investigación de Rusia ha advertido de que "el número de víctimas puede aumentar". Entre los fallecidos hay al menos tres niños, según los datos oficiales. Estado Islámico ha reivindicado la autoría del ataque.

Los atacantes han accedido al edificio vestidos de camuflaje y armados con metralletas y han realizado numerosas ráfagas de disparos contra civiles. Agentes de las fuerzas especiales de la Guardia Nacional de Rusia han sido trasladados hasta el lugar de los hechos, recoge TASS, que evacuaron el edificio y pusieron en marcha un operativo para capturar a los presuntos autores del tiroteo.

Del mismo modo, las autoridades rusas han iniciado una investigación ante lo que consideran es un atentado terrorista

Además, se ha registrado un virulento incendio que ha consumido cerca de un tercio del edificio, lo que ha provocado la intervención de servicios de Bomberos. Los equipos de emergencias también se han trasladado hasta el lugar y han logrado rescatar a un centenar de personas refugiadas en el interior.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha asegurado que el presidente Vladimir Putin ha sido notificado de lo ocurrido apenas unos minutos después de conocerse la noticia del tiroteo, y que desde entonces recibe "constantemente información" actualizada sobre el avance de las investigaciones y las operaciones de seguridad.

La Dirección Principal de Investigación rusa ha abierto una causa penal por un posible ataque terrorista, un extremo compartido por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zajarova, que también ha apuntado a las posibles motivaciones terroristas del suceso.


Además, Zajarova ha informado más tarde durante una entrevista para Rossiya24 que los diplomáticos rusos en Naciones Unidas propondrán que se aborde este suceso durante una reunión del Consejo de Seguridad para "obtener de la mayoría mundial, y de la organización internacional más grande, la condena de estas acciones".

La Agencia Federal de Transporte Aéreo, por su parte, ha informado de que los cuatro principales aeropuertos de Moscú han reforzado sus medidas de seguridad con un control más exhaustivo de los grupos de entrada, así como en todo el perímetro de las instalaciones.

Este suceso se produce apenas dos semanas después de que la Embajada estadounidense en Moscú advirtiera de un riesgo "inminente" de ataque terrorista contra grandes concentraciones de personas en la capital rusa, recomendando a sus ciudadanos evitar aglomeraciones.

De hecho, desde Washington se ha pronunciado el portavoz de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, quien ha trasladado su apoyo a las familias de las víctimas. Además, ha señalado que "no hay indicios" de que Ucrania haya podido estar involucrada en el tiroteo.

En este sentido, la portavoz de la diplomacia rusa ha recalcado que si las autoridades de Estados Unidos cuentan con información sobre el suceso, deberían compartirla inmediatamente con el Kremlin, y ha reprochado a Washington centrarse en defender la inocencia de otro país teniendo en cuenta la elevada cifra de muertos.