sábado, 21 de septiembre de 2024

La quema de coches desconcierta al barrio barcelonés del Besòs i el Maresme: “Hay una logística detrás”

 ElPeriodico

La policía investiga una oleada de ataques contra vehículos aparcados en la calle, similar a otras recientes en zonas cercanas, mientras las asociaciones de vecinos abogan por la videovigilancia

Dos coches calcinados en el Besòs i el Maresme, en Barcelona.

“No recuerdo una igual en el barrio”, responde José Manuel López, presidente de la Asociación de Vecinos del Maresme. Recuenta entre 10 y 12 automóviles calcinados en apenas semana y media en este rincón del distrito de Sant Martí, donde las calles que menos renta declaran en Barcelona lindan con edificios en los que se han vertido grandes inversiones. En ese extremo de contrastes de la capital, los incendios intencionados de coches estacionados en distintos lugares han aturdido al vecindario, atestigua López, al mismo tiempo que han abierto interrogantes que se han acrecentado a medida que los actos vandálicos se han repetido en los últimos días.

“¿Qué motivación hay? No lo sabemos”, señala el dirigente vecinal. Aunque subraya que no logra concebir cuál puede ser la intención, López intuye que existe “una logística de alguno o algunos que lo hacen expresamente”, lo que alerta que supone un grave salto de escala: “Los vehículos quedan totalmente quemados. Antes habíamos tenido casos de quema de contenedores, pero esta vez no arden depósitos de basura, sino que van directamente a por los coches, en puestos donde quien los quema no pueda ser observado, en rincones y espacios sin viviendas delante”.

La inquietud se trasladó esta semana a la audiencia pública de Sant Martí, donde los destrozos salieron a relucir. “Teníamos constancia de contenedores quemados, porque los vamos reponiendo, pero lo de los coches es un fenómeno extraordinario que no había pasado” hasta ahora, comentó el concejal del distrito, David Escudé. El último suceso se ha producido en la madrugada de este sábado: dos turismos han quedado parcialmente afectados por las llamas en la calle Bolívia. 

Dos vehículos parcialmente quemados en la calle Bolívia, en Barcelona.

A un lado y otro del río

El edil socialista subrayó que los ataques a los utilitarios no son exclusivos del barrio. “No es solo en el Besòs, está pasando al otro lado del río, en Badalona, donde también empieza a haber problema de coches quemados”, apuntó.

Más que tratarse de una fechoría inédita, Badalona ha experimentado un rebrote en las últimas semanas de un tipo de altercado que las cifras pintan como recurrente. En 2023, los Bomberos efectuaron 87 servicios por quema de vehículos no accidentales en la vía pública de la ciudad. El 8 de septiembre, un hombre de 42 años fue detenido por haber calado fuego presuntamente a tres coches en la localidad. Aparte, los bomberos registraron 187 servicios para sofocar las llamas en contenedores el año pasado. El gobierno de Xavier García Albiol prevé sustituir el 35% de los depósitos de basura de la población por modelos metálicos, para tratar de minimizar que ardan en los barrios donde más se concentran los incendios de mobiliario, los que limitan con Santa Coloma de Gramenet y Sant Adrià de Besòs.

Precisamente, esos dos municipios también han sufrido episodios de quema de automóviles y motocicletas. La alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, señaló al problema este agosto, cuando se incendió una decena de vehículos en pocos días, que llevó a los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana a montar un dispositivo especial de seguridad. Este viernes, el fuego causó estragos en seis coches aparcados junto a la escuela Túrbula, cerca de la ciudad deportiva del Espanyol. Al menos cuatro de ellos quedaron completamente devastados.  

Coches quemados en Sant Adrià este viernes, en un lugar cercano al Besòs i el Maresme.

Ese tramo de Sant Adrià cae a escasa distancia del Besòs i el Maresme. El Ayuntamiento de Barcelona declara que, por ahora, desconoce los responsables y las causas de la oleada de siniestros, a la espera de que las pesquisas de los Mossos den fruto. “Están intentando descubrir qué es y, sobre todo, quién hay detrás de todo esto”, manifestó Escudé en la audiencia pública de Sant Martí. Consultados por EL PERIÓDICO, la policía autonómica y la Guardia Urbana no han ofrecido mayor aclaración por el momento. 

Desolado e impotente

La Asociación de Vecinos de Maresme se reunió este viernes con agentes de ambos cuerpos para abordar los hechos y advertir que el barrio está “asustado”, detecta su presidente. “La policía se alarmó al producirse la segunda quema. Ha hecho un barrido en cámaras de la zona y no ha habido ningún detenido. Nos dicen que están trabajando y que reforzarán la presencia policial, pero ¿cuánto puede durar eso?”, se pregunta López. 

El presidente de la Asociación de Vecinos del Besòs, Paco Abad, va más allá de los coches calcinados, que enmarca en un “conglomerado” de disturbios que achaca al “control del espacio” por la droga y la delincuencia: “Hay muchas armas y, de vez en cuando, se oyen tiros en varios puntos, dos o tres disparos, pero nadie sabe a qué ni cómo. Hace poco, un grupo cogió unos postes de los que aguantan árboles noveles y se liaron a palos con la parada de TRAM de Alfons El Magnànim. Hicieron un destrozo enorme”.

Las asociaciones de vecinos de la zona son partidarias de dotar de videovigilancia a ciertos espacios. Escudé indicó que comparte la idea y explicó que el gobierno del alcalde Jaume Collboni estudia “un proyecto global a nivel de ciudad” para poner cámaras en distintos emplazamientos. Por ahora, no se concreta cuándo se instalarían.

López percibe que el Besòs i el Maresme está “desolado” y siente “impotencia” por los últimos acontecimientos. “Aún hay coches quemados en la calle, que no se han retirado. Da sensación de abandono. Por parte del distrito, no ha habido empatía con el sufrimiento del barrio", reprocha.

Añade que parte de los vecinos no entiende que "la policía sea inoperativa y no tenga ninguna información ni indicio" sobre los autores del estropicio. "Proponen hacer patrullas ciudadanas de vigilancia. En ese sentido, vamos apagando fuegos”, avisa. “Últimamente, hay mucha actividad policial, pero hay mucha preocupación porque la gente opina que existe mucha inseguridad y que estamos dejados de la mano de Dios”, abunda Abad.

López pone el acento en que, aunque no se tengan que lamentar heridos ni fallecidos, una fatalidad se ha abatido sobre unas cuantas familias: “Es una desgracia para ellos, más en una economía de barrio, de gente trabajadora que ha hecho un sobresfuerzo por tener un coche, que quizá es el recurso para ir a trabajar. Es muy fuerte. No ha habido víctimas, pero es como si les hubieran quemado la casa”.


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