Video thumbnail

La DANA está dejando acumulaciones de agua muy importantes y también inundaciones por el desbordamiento de ríos, arroyos, torrentes o barrancos. Con el cambio climático, los eventos meteorológicos extremos serán más frecuentes e intensos, y si se ha construido en las orillas de ríos y de rieras puede significar un agravante ante episodios como el que se ha vivido en Valencia.

En una entrevista al básico Pere Buixó, jefe del Área de Prevención del Riesgo Geológico y Geotecnia del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña, ha explicado que la ACA determina áreas con riesgo potencial de inundación (ARPSIS) que tienen en cuenta el peligro que es la inundación y que los edificios son elementos vulnerables. "En Barcelona no hay zonas de riesgo potencial de inundación", ha asegurado.

Cuando hablamos de riesgo, el experto explica que se deben tener en cuenta tres factores: el peligro, que en este caso es la riada; la exposición, que sería vivir en ella; y la vulnerabilidad, por ejemplo, viviendas con una construcción deficitaria. De hecho, señala: "Todas las zonas altamente ocupadas cerca de los cauces de los ríos son zonas que se denominan de riesgo hidrológico".

De los 60 a los 80 se construyó en zonas inundables


Ha recordado que tenemos un territorio que durante los años 60 y 80 hubo un boom de la construcción en un momento en que no había las regulaciones actuales y se ocuparon zonas sometidas al peligro de la inundación que ahora no podrían ser ocupadas". Buixó considera que vivir en ella supone un riesgo.

"Barcelona ya no tiene un problema de inundación, sino de drenaje urbano"

El origen de Barcelona es una colina ubicada donde ahora está la plaza de Sant Jaume, pero poco a poco la ciudad se extendió por el llano de Barcelona. Esta zona estaba cortada por arroyos que quedaron soterrados o cogidos por colectores: "La ciudad ya no tiene un problema de inundación, sino de drenaje urbano". Según el experto, las dos zonas más propensas a tener problemas de drenaje en Barcelona son Ciutat Vella y por donde baja la antigua riera de Horta.

Además, la ciudad tiene unas cuencas del Llobregat y el Besòs muy anchos con una capacidad para recoger agua y en las zonas planas hay capacidad de desbordamiento. De esta manera, como la riada viene de cabecera siempre habrá un tiempo para avisar a la población.

El más importante, previsión y simulacros

La lluvia cada vez más intensa y frecuente debe hacer repensar las ciudades para hacerle frente ya que "habrá un momento en que la naturaleza las sobrepasará". Lo más importante en un episodio extremo es preservar la vida de las personas y, por ello, es básico tener previsión para poder avisar a las personas y prepararse con simulacros de riadas: "Las pérdidas materiales son difícilmente evitables, pero las humanas sí".

Un mapa de la Agencia Catalana del Agua muestra la probabilidad de inundaciones en determinadas zonas de aquí a 10 años, 100 y 500. Por ejemplo, de aquí a 100 años, en una hipotética inundación del cauce del Besòs podría desaparecer una parte del nudo de la Trinitat y también zonas del barrio de La Guingueta.