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Las lluvias e inundaciones repentinas sin precedentes en España, con especial virulencia en la zona de Valencia, han causado 210 víctimas hasta el momento y daños importantes en infraestructuras, además de enormes pérdidas económicas. Este evento se une a la última de una serie de catástrofes por inundaciones que han afectado a comunidades de todo el mundo. Ello pone de relieve por qué la máxima prioridad de la comunidad de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, es salvar vidas a medida que el cambio climático intensifica las condiciones meteorológicas extremas.
La variabilidad climática y el cambio climático coexisten en eventos extremos como la depresión en niveles altos (DANA) que se ha vivido estos días en España, pero determinar su contribución es complejo.
Un informe publicado en la plataforma europea Climameter, un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), indica que la intensidad de las precipitaciones sin precedentes, como los hasta 630 mm registrados en Turís, Valencia, en 24 horas, se pueden atribuir a la crisis climática.
“Este fenómeno meteorológico extremo estuvo impulsado por condiciones meteorológicas muy excepcionales, que se atribuyen principalmente al cambio climático antropogénico. En este contexto, la variabilidad natural del clima desempeñó un papel muy modesto”, apunta el trabajo.
Se trata de un ‘estudio rápido’ que se ha llevado a cabo utilizando un método de revisión por pares y que se basa en información meteorológica histórica de los últimos 40 años. Los investigadores han comparado cómo eran los sistemas de baja presión similares a finales del siglo XX (1979-2001) y cómo son ahora, en las últimas décadas (2002-2023) cuando el efecto del cambio climático se ha vuelto más evidente.
“Este proyecto surge de la necesidad de analizar y atribuir estos fenómenos extremos a la luz del cambio climático. Lo que hacemos es combinar datos históricos de presión atmosférica, temperatura, precipitaciones, velocidad del viento etc. para identificar patrones similares en el pasado y en el presente y ver su vinculación”, declara, Carmen Álvarez Castro, investigadora de la Universidad Pablo de Olavide y coautora de este estudio.
El análisis evalúa la contribución de diferentes fenómenos naturales, como El Niño, la Oscilación Decadal del Pacífico y la Oscilación Multidecadal del Atlántico
“Depresiones similares a la DANA que causan inundaciones en el sureste de España son de hasta 7 mm/día —un aumento de hasta el 15 %— más húmedas sobre la costa mediterránea de España en el presente de lo que habrían sido en el pasado”, aseguran los científicos en el informe.
Las tormentas extremas asociadas provocaron graves inundaciones, granizadas y tornados en Valencia, Castellón, Málaga y Albacete, y más de 200 fallecidos hasta el momento y un alto número de desaparecidos.
“Las devastadoras inundaciones en España muestran lo grave que se ha vuelto el cambio climático y lo desprevenidos que estamos. Las alertas de inundación en nuestro clima cada vez más cálido deben tomarse en serio; pueden salvar vidas. Pero si seguimos quemando combustibles fósiles, no podremos protegernos de eventos más extremos como este”, señala Davide Faranda, científico del CNRS francés y coautor de este informe.
Más temperatura, tormentas más intensas, dramáticas y recurrentes
Según indica el equipo internacional que firma el trabajo, las condiciones son “hasta 4° C más cálidas en el presente en comparación con el pasado, lo que favorece la formación de tormentas sobre la cuenca mediterránea durante los eventos de la DANA”.
“Nos referimos a un aumento de 4ºC respecto a las situaciones análogas en el pasado en esta región en concreto”, apunta Álvarez Castro.
Los expertos interpretan esta DANA como un fenómeno provocado por condiciones meteorológicas muy excepcionales, cuyas características pueden atribuirse principalmente al cambio climático provocado por el hombre.
Para garantizar la solidez de los resultados se basaron en estadísticas de eventos análogos e incluyeron 20 fenómenos similares en periodos pasados y presentes.
“Estos estudios los hacemos para que no se especule, que se tenga información científica de forma rápida que avale esa vinculación. Porque no se puede afirmar sin ver la situación en concreto y analizar esos datos”, recalca la científica.
Álvarez Castro hace un llamamiento para que la población sea consciente de que nos está afectando ya que, “no es algo que les vaya a pasar a nuestros nietos y bisnietos. La tendencia que tenemos es esta: que los fenómenos extremos sigan aumentando y tengamos que adaptarnos. No buscamos alarmar a la población, sino alertar de que hay un riesgo y que se tomen medidas”, enfatiza.
En el último mes en Europa se han dado eventos extremos que han golpeado la región mediterránea en Italia, con inundaciones o la tormenta Kirk en Bélgica. “Tenemos fenómenos casi todas las semanas. No es casual, viene intensificado por el cambio climático y tenemos que dejar de depender de los combustibles fósiles”, explica la investigadora.
“El cambio climático es una realidad innegable que contribuye a la creciente intensidad de fenómenos climáticos extremos, incluida la recientes lluvias intensas en España. La intensificación de tales eventos subraya la necesidad urgente de que las autoridades reconozcan la importancia de los servicios meteorológicos al emitir advertencias. Es esencial actuar de inmediato para mitigar el calentamiento global y adaptarnos a nuestro clima cambiante”, concluye Mireia Ginesta, científica del CNRS francés y coautora del estudio.
Álvarez Castro, concluye: “Los ciudadanos tenemos que estar informados y los gobiernos tienen que actuar. Por un lado, para tener un sistema de alerta temprana que hemos visto que es esencial, y por otro, para minimizar los impactos, porque el desequilibrio en el planeta ya lo tenemos”.
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