lunes, 16 de diciembre de 2024

El arma nuclear más potente que se ha diseñado: la bola de fuego habría calcinado España entera


La historia de la bomba nuclear más potente lanzada por el hombre es conocida. Fue la Bomba del Zar, desarrollada por la Unión Soviética y probada por primera y única vez el 30 de octubre de 1961. Aunque el diseño contemplaba una potencia destructiva de 100 megatones, la que se construyó y lanzó sobre la Bahía de Mityushikha, en el Océano Ártico, era de 50, equivalente a 50 millones de toneladas de TNT; es decir, 3.300 veces la de Nagasaki, que puso fin a la 

La onda expansiva dio tres veces la vuelta a la Tierra, rompió cristales a distancias de hasta 900 km de la explosión, esta fue vista desde desde hasta 1.000 km y el hongo nuclear alcanzó una altitud de 64 km. Y, aun así, el inmenso poder destructivo de esta bomba de fusión de hidrógeno palidece frente al de ‘la Bomba Final’, que Estados Unidos diseñó, pero no llegó a construir. Sundial, ‘Reloj de Sol‘ en español, iba a tener una potencia de 10 gigatones y ser el arma nuclear más potente construida por la humanidad, muy por delante de la Bomba del Zar.

Qué fue Sundial, el Reloj de Sol

A principios de la década de 1950, el físico nuclear Edward Teller presentó a la Comisión de Energía Atómica de EE. UU. un diseño para la bomba nuclear Sundial. Con un rendimiento previsto de no menos de 10 gigatones -10.000 millones de toneladas de TNT-, representaba una escalada sin precedentes frente a las explosiones nucleares que habían tenido lugar hasta entonces. Fat Man, lanzada en Nagasaki, tenía una potencia de 21 kilotonesLittle Boy, la destructora de Hiroshima, 15. Sundial tenía la potencia de cerca de 670.000 Little Boy, aproximadamente. Este rendimiento equivalía al doble de todos los arsenales nucleares conocidos entonces, cuya potencia se estimaba en entre 4 y 6 gigatones.

Esta bomba, según Teller, se podía detonar en cualquier ‘patio trasero’. Es decir, dado que estaba concebida para causar una destrucción catastrófica a escala global, amenazando la supervivencia de la humanidad, el lugar de la detonación no era tan importante.

Cómo funcionaba Sundial

El concepto de Sundial se basaba en una serie de reacciones nucleares escalonadas, utilizando la configuración Teller-Ulam. Este mecanismo permite rendimientos teóricamente ilimitados al encadenar múltiples etapas de reacciones de fusión.

La idea de explosiones nucleares encadenadas no era nueva. Este mismo concepto formó el núcleo de la Bomba del Zar -una bomba de tres etapas- y del dispositivo estadounidense Castle BRAVO -de dos etapas-, detonado en 1954. Castle BRAVO también fue una creación de Teller y el matemático polaco Stanislaw Ulam.

Gnomon y Sundial habrían contaminado la Tierra por completo

Durante una reunión secreta del Comité Asesor General de la Comisión de Energía Atómica, Teller presentó la idea de ‘explosiones mucho mayores’. Explicó que se estaban desarrollando dos nuevos diseños, Gnomon y Sundial, en su laboratorio de Livermore.

Gnomon tendría un rendimiento de 1.000 megatones y serviría como ‘primario’ para detonar Sundial, que alcanzaría los 10.000 megatones. Aunque la mayor parte del testimonio de Teller permanece clasificado, otros científicos en la reunión informaron que, tras su salida, quedaron ‘impactados’ por la propuesta.

Contaminaría la Tierra’, sugirió uno de los presentes. El físico I.I. Rabi, un conocido crítico de Teller, afirmó que probablemente era solo una estrategia publicitaria. Sin embargo, estaba equivocado: el laboratorio de Livermore continuó trabajando en Gnomon durante varios años y planeó probar un prototipo durante la Operación Redwing en 1956, aunque la prueba nunca se llevó a cabo.

Cómo habría sido la explosión de Sundial

Aunque nunca se construyó, Sundial habría sido el mayor dispositivo nuclear jamás creado por la humanidad. No habría necesitado un método de despliegue convencional; podría haberse ensamblado en un lugar y detonarlo.

La explosión habría sido más devastadora que la erupción volcánica del Krakatoa en 1883 que liberó aproximadamente 200 megatones de energía. Sundial equivaldría a aproximadamente un tercio de la potencia de la erupción del Monte Tambora en 1815, la mayor registrada en la historia, que liberó 30 gigatones de energía.

Dada la magnitud de la explosión, el dispositivo llegó a ser conocido como ‘la Bomba Final’. Se estima que habría generado una bola de fuego con un diámetro de 800 kilómetros. Lanzada en Madrid, solo esta bola de fuego inicial generada por la explosión -sin contar el alcance de la radiación ni de la onda expansiva- habría calcinado instantáneamente la península, prácticamente en su totalidad. En un escenario así, nadie habría sobrevivido.

Además, la cantidad de polvo, escombros y humo liberados habría causado impactos ambientales globales similares a una guerra nuclear a gran escala. El ‘invierno nuclear’ resultante habría provocado el colapso de la agricultura, hambrunas generalizadas y el caos social en muchas naciones.

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