Un estudio publicado por la revista Archaeological Prospection el pasado noviembre aseguraba que la gigantesca pirámide de Gunung Padang, en Indonesia, fue construida decenas de miles de años antes que las pirámides egipcias o Göbekli Tepe, en Turquía, por una civilización desconocida. Sin embargo, los arqueólogos desde su publicación han sido muy escépticos respecto a sus conclusiones, la revista ha decidido retirar el artículo debido a un error.
Según el estudio original, Gunung Padang —cuya traducción aproximada sería algo así como montaña de la iluminación— fue construida durante el último periodo glacial. Esa cronología desafía completamente nuestra idea de cómo la humanidad dio sus primeros pasos hacia la civilización en el valle del río Éufrates.
El estudio, dirigido por el geólogo Danny Hilman Natawidjaja del Centro de Investigación en Geotecnología del Instituto Indonesio de Ciencias, empleó técnicas avanzadas como la tomografía y el análisis de radiocarbono para investigar el yacimiento arqueológico sin destruirlo, revelando la presencia de cámaras ocultas y estructuras subterráneas a las que todavía no han accedido.
Preguntas sin respuesta
El descubrimiento plantea preguntas fundamentales sobre los constructores de la pirámide y sus avanzadas técnicas de construcción. Para empezar, Gunung Padang desafía la creencia de que las habilidades humanas para la mampostería surgieron con la agricultura hace aproximadamente 11.000 años. La llamada montaña de la iluminación indica que la historia de la humanidad es mucho más compleja de lo que se creía anteriormente.
Si efectivamente Gunung Padang se levantó en un periodo que iría del 25.000 al 14.000 antes de Cristo, su existencia marcaría una nueva fecha para el inicio de la civilización en los libros de historia.
Pero las implicaciones podrían ir aún más allá, porque no tenemos ni idea de quién construyó realmente esta pirámide. No sabemos qué sociedad realizó esta proeza ni tenemos ninguna referencia de quiénes fueron los responsables de esas cámaras ocultas.
Polémica con los resultados
Sin embargo, a pesar de que los datos recogidos son fiables, las conclusiones podrían no serlo. Flint Dibble, arqueólogo de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), declaró a Nature que el artículo utilizaba "datos legítimos", pero llegaba a conclusiones que no se podían justificar. El investigador afirmó que "la datación [de carbono] de los suelos orgánicos de las estructuras descubrió múltiples etapas de construcción que se remontan a miles de años antes de Cristo, con una fase inicial que data del Paleolítico".
Según el estudio original, las muestras de suelo de las partes del montículo que consideran más antiguas de la "construcción" datan de hace 27.000 años. Sin embargo, otros arqueólogos señalaron a Nature que estas muestras de suelo no mostraban signos que probaran la actividad humana como huesos o herramientas. Solo demostraban, aseguran, que esa tierra es realmente antigua. Además, la formación en pirámide no es algo extraordinario. "El material que rueda colina abajo va a orientarse, normalmente, por sí solo”.
"El editor y los coeditores en jefe han investigado estas preocupaciones y han llegado a la conclusión de que el artículo contiene un error importante", explican desde Archaeological Prospection. "Este error, que no se identificó durante la revisión por pares, es que la datación por radiocarbono se aplicó a muestras de suelo que no estaban asociadas con ningún artefacto o rasgo que pudiera interpretarse de forma fiable como antropogénico o 'hecho por el hombre'. Por lo tanto, la interpretación de que el yacimiento es una antigua pirámide construida hace 9.000 o más años es incorrecta, y el artículo debe ser retractado."
Los autores del estudio han calificado la decisión de "injusta" y afirmaron en una publicación en Facebook que había quedado "inequívocamente establecido que se trata de construcciones hechas por el hombre o rasgos arqueológicos, en lugar de formaciones geológicas naturales. Estas capas van acompañadas de numerosos artefactos portátiles de pequeño tamaño, lo que proporciona pruebas tangibles de su origen antropogénico".
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