Base de la alimentación de un montón de civilizaciones a lo largo de la historia, el pan se ha convertido en uno de los alimentos más cuestionados y reivindicados en la actualidad. Sus detractores afirman que se trata de una fuente de calorías vacía de cualquier tipo de valor nutricional que merezca la pena tener en cuenta, mientras que sus defensores echan la culpa a la mala calidad del pan que comemos hoy en día y apuestan por una elaboración más artesanal. Sea como sea, pocas casas hay en las que se coma sin pan de algún tipo: la pistola de toda la vida, la baguette, la chapata, el integral, el blanco, el rústico, tostado, de molde, de masa madre… Hay muchísimos tipos y todos nos gustan, pero ¿por qué tiene esa mala fama?
¿El pan engorda TANTO?
Seguramente has oído más de una vez eso de que el pan engorda pero tal y como nos explica Cristina Rodríguez Halconada del Instituto Médico Láser, “todo engorda excepto el agua.” Como sucede con el resto de alimentos que tomamos, la clave reside en mantener el equilibrio entre las calorías que ingerimos y las que necesitamos. “La cuestión es elegir el momento del día adecuado para tomar pan y tener cuidado con la cantidad que se tome.
"Es preferible hacerlo en el desayuno y como mucho en la comida. En la cena es el momento donde debemos evitarlo en la medida de lo posible. En cuanto a la cantidad, en el desayuno puede ser mayor puesto que tenemos todo el día para gastar calorías y a medio día debemos controlarlo más, cuidando la cantidad que se toma y por supuesto evitando mojar en las salsas.”
Vale, pero ¿por qué me hincho cuando como pan?
También se da el caso de que muchas personas sienten que se les hincha la tripa cuando comen pan, ¿por qué pasa esto? “En general suele ser por el gluten”, nos explica Cristina Rodríguez Halconada. “ El gluten es una proteína presente en algunos cereales como el trigo responsable de la estructura esponjosa que tiene el pan. El problema es que algunas personas presentan una cierta sensibilidad al gluten o intolerancia que puede hacer que al comer este tipo de alimento noten o padezcan problemas gastrointestinales como hinchazón, diarreas, malestar o estreñimiento.” Ojo, no debemos confundir esta intolerancia con una enfermedad celiaca en la que el trigo está completamente prohibido.
La importancia del con qué lo comes
Seguro que conoces el dicho de “pan con pan…”, pero no es lo mismo comer el pan acompañado de jamón que de chocolate. “Para evitar picos de insulina posteriores es preferible tomar el pan acompañado siempre de algo de proteína, ya sea de origen animal como el jamón ibérico, el lomo, pavo o jamón york de calidad extra, queso fresco, huevo cocido o revuelto, salmón, atún… o proteína vegetal con frutos secos o legumbres, por ejemplo con aguacate y frutos secos molidos, con humus y frutos secos molidos.” Así que ya sabes, para disfrutar del pan solo tienes que conocer cómo afectan el gluten y la fibra a tu cuerpo y elegir un tipo de pan u otro en consecuencia. Y esa tostada con aguacate que te flipa puedes comértela para desayunar sin ningún problema.
¿Qué pan es mejor?
Desde Edenred y la Academia Española de Nutrición y Dietética, recomiendan optar “siempre por las versiones integrales que aportan fibra y antioxidantes”.
Pan de espelta
Desde Vanille Bakery Lab aconsejan que “si te gusta cuidarte, el pan de espelta debe formar parte de tu alimentación, por su gran cantidad de fibra y un gluten muy fácilmente digerible. Otra ventaja es su sabor, parecido al del trigo tradicional. La espelta aporta un montón de nutrientes, minerales y vitaminas como el magnesio, calcio, selenio, hierro, manganeso y zinc, además de betacaroteno, vitamina E y vitaminas del complejo B, especialmente niacina, que está especialmente indicada para los problemas digestivos. Por si todo esto fuera poco, el pan de espelta, aunque es muy energético, contiene menos calorías que el elaborado con la harina de trigo clásica, su consumo diario ayuda a disminuir los niveles de colesterol y regula el metabolismo. Causa menores problemas alérgicos que otras harinas y gracias a su alto contenido en triptófano, estimula la producción de serotonina".
Pan rico en proteínas
“El pan proteico es una alternativa a los panes comunes porque están hechos con mezclas de harinas y semillas que ayudan a bajar el contenido de carbohidratos y aumentar las proteínas que ayudan a mantener los músculos y los huesos en buen estado”, explican desde Laboratorios Ynsadiet. Sus 3 beneficios principales son su alta cantidad de proteínas, menor cantidad de hidratos de carbono y ser una óptima fuente de fibra.
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