viernes, 10 de enero de 2025

Confirmado: hemos rebasado un límite clave para la supervivencia del planeta

 


El 2024 será recordado como el año en que el planeta traspasó una de las barreras más temidas del cambio climático: la temperatura media global superó los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. 

Este hito, confirmado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y otras agencias internacionales, representa no solo una advertencia urgente, sino una realidad que ya afecta profundamente a millones de personas. Las olas de calor extremo, inundaciones devastadoras y sequías prolongadas dominaron los titulares mientras los ecosistemas y las comunidades luchaban por adaptarse a condiciones sin precedentes.

Los científicos del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Plazo Medio (ECMWF), junto con instituciones como la NASA, NOAA y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), han documentado una sucesión de récords alarmantes: desde temperaturas oceánicas sin precedentes hasta máximos históricos de calor atmosférico. 

El 2024 y sus récords históricos

El año 2024 estableció un nuevo estándar de anomalías climáticas. Según el conjunto de datos ERA5, la temperatura media global alcanzó los 15,10 °C, 0,72 °C por encima del promedio de 1991-2020 y 1,60 °C por encima del período preindustrial (1850-1900). De manera preocupante, todos los meses de 2024, excepto julio, superaron el umbral de 1,5 °C, una tendencia que inició en 2023 y se intensificó con el evento de El Niño.

Los océanos desempeñaron un papel fundamental en este fenómeno. La temperatura superficial del mar (SST) en 2024 alcanzó un promedio récord de 20,87 °C, 0,51 °C más que el promedio de 1991-2020. Esto no solo impulsó eventos meteorológicos extremos, sino que también afectó a los ecosistemas marinos, desde arrecifes de coral hasta pesquerías fundamentales para la seguridad alimentaria global

El impacto humano y natural

La crisis climática es, en su esencia, una consecuencia de la actividad humana. Las concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) alcanzaron un récord de 422 partículas por millón (ppm) en 2024, un aumento de 2,9 ppm respecto al año anterior, mientras que el metano, otro potente gas de efecto invernadero, también alcanzó máximos históricos. Estos niveles sin precedentes han intensificado eventos climáticos extremos, desde incendios forestales masivos en Canadá y Sudamérica hasta devastadoras tormentas tropicales alimentadas por océanos más cálidos.

En Europa, el 2024 marcó un récord regional, con una temperatura media de 10,69 °C, 1,47 °C por encima del promedio de 1991-2020. Veranos abrasadores y lluvias torrenciales dejaron una huella indeleble en el continente, afectando la agricultura, la infraestructura y la vida cotidiana.

Mirando hacia el futuro 

Aunque el cruce del umbral de 1,5 °C no significa automáticamente la violación del límite del Acuerdo de París, sí envía una advertencia clara: el tiempo para la acción climática decisiva es ahora. Máxime si tenemos en cuenta que cada año de la última década se encuentra entre los diez más cálidos registrados.

A medida que los líderes globales se preparan para futuras negociaciones climáticas, el 2024 ofrece lecciones duras pero necesarias. Las soluciones están al alcance de nuestra mano: desde una transición energética acelerada hasta la conservación de ecosistemas críticos que actúan como sumideros de carbono. 

Sin embargo, el éxito dependerá de la voluntad política, el apoyo financiero y un compromiso colectivo para priorizar el bienestar planetario sobre los intereses a corto plazo. De nosotros depende que el 2024 sea recordado no solo por su impacto en lo tocante a sus récords, sino por la oportunidad que representa para reescribir el futuro climático de la humanidad.









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