Los dragones escupefuego derivan de las representaciones medievales de la boca del infierno. La entrada a este lugar solía ilustrarse como la boca de un monstruo.
La palabra dragón proviene del griego antiguo draconata, que significa ver u observar. La raíz puede que guarde relación con la reputación que los dragones tenían de ser guardianes de tesoros (tanto reales como figurados).
Los descubrimientos de huesos de dinosauros pudieron haber llevado a las personas de antaño a creer en los dragones, una presuposición lógica para quienes no tenían conocimiento de estas bestias antiguas.
Los dragones han formado parte de la cultura y el folclore de China durante siglos. Simbolizan la riqueza, el poder y el liderazgo. Los antiguos emperadores creían ser descendientes de dragones.
Los dragones de las culturas orientales suelen ser criaturas amables, sabias y benevolentes. Los de occidente, sin embargo, son escupefuegos que simbolizan la batalla entre el bien y el mal.
Según las leyendas medievales, la forma adecuada de matar a un dragón es clavarle una lanza en la boca, ya que las escamas protegen el resto de su cuerpo. De todos los asesinos de dragones que aparecen en la literatura y la mitología, san Jorge, el patrono de Inglaterra y Cataluña (España), es el más conocido de todos.
Según la literatura inglesa antigua, los dragones eran acaparadores avariciosos. En el poema épico Beowulf, un dragón durmiente se despierta y monta en cólera cuando le roban una copa de su enorme tesoro.
En la mitología nórdica y germánica, los dragones eran vistos como serpientes acuáticas gigantescas que rodeaban los reinos y los mares colindantes.
La Biblia menciona a un dragón malvado en los capítulos 12-14 del Apocalipsis.
En muchas historias, la sangre de dragón tiene propiedades mágicas. Ejemplo de ello es la ópera El anillo del nibelungo de Wagner, donde este fluido permite que Sigfrido entienda el lenguaje del pájaro del bosque.
Un dragonete es un dragón pequeño. No obstante, ¡no dejes que su tamaño te engañe! Según la mitología, es
tas criaturas podían llegar a ser más feroces y letales que los dragones grandes.
En este Zodiaco compuesto por 12 animales, el quinto año corresponde al dragón. Las parejas a menudo intentan que sus embarazos coincidan con el Año del Dragón, ya que se considera especialmente afortunado para los bebés.
En la novela clásica The Hobbit de J.R.R. Tolkien aparece Smaug, uno de los dragones más famosos de la literatura que, cómo no, guarda un tesoro.
Según el folclore medieval, Margarita de Antioquía fue encarcelada por ser cristiana. Durante su tiempo en prisión, un dragón se la tragó, pero Dios la ayudó a escapar saliendo por el estómago de la bestia y matándola en el acto.
En las primeras obras literarias, los dragones atacaban a las personas precipitándose sobre ellas desde los árboles, pero no desde el aire.
El uróboro, un símbolo compuesto por un dragón que se muerde la cola, simboliza el ciclo eterno de la vida. También solía ser muy importante para los alquimistas medievales.
Algunos barcos vikingos tenían la cabeza de un dragón tallada en la proa. De hecho, de ahí viene su nombre: drakkar.
Los dragones que aparecen en los libros y en la serie de Game of Thrones de George R.R. Martin se llaman Drogon, Rhaegal y Viserion.
Según la mitología griega, un dragón hembra es una drakaina, palabra que se formaba a partir del término masculino drakon.
Según el fengshui, el dragón es un símbolo poderoso del yang, es decir, la energía masculina. Es la figura contraria al fénix, el yin, que representa la energía femenina.
Para los antiguos japoneses, los dragones eran deidades acuáticas portadoras de destrucción. Su ira podía aplacarse con metales preciosos, pero también podían usarlos para matar.
Desde el año 600, el dragón rojo ha sido el símbolo de Gales. Históricamente, a los grandes guerreros galeses se los llamaba pendragon, es decir, "cabeza de dragón" o "líderes".
En el universo de Harry Potter, la fibra de corazón de un dragón puede utilizarse como núcleo para una varita. Asimismo, los magos o brujas que venden huevos de estas criaturas se consideran traficantes de dragones (una práctica ilegal, obviamente).
Los antiguos griegos y romanos creían que los dragones tenían poderes sobrenaturales. La primera mención de un dragón de la que se tiene constancia aparece en la Ilíada de Homero. En ella se cuenta cómo la bestia mítica solía traer el caos y la muerte allá donde fuese.
Las piedras rojizas a veces se denominan piedras dragón, ya que antiguamente se creía que eran coágulos endurecidos de sangre de dragón.
Según el mito de la creación babilónico, Tiamat, un dragón marino gigante, fue asesinado y su cuerpo cortado en dos, creando así el cielo y la tierra. De su sangre nació el primer humano.
Un dragonólogo es una persona especializada en el estudio de los dragones, desde su historia hasta sus orígenes mitológicos en todo el mundo.
A la becerra también se la conoce como dragón o boca de dragón porque su forma recuerda a la cabeza de esta criatura mitológica. Es nativa de las zonas rocosas de Europa, el norte de África y Norteamérica.
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