La creación de los continentes es un proceso que ha ocurrido a lo largo de millones de años y sigue en constante evolución. La teoría de la deriva continental, propuesta por Alfred Wegener en 1912, sostiene que hace aproximadamente 300 millones de años existía un solo supercontinente llamado Pangea. Con el tiempo, debido a la actividad de las placas tectónicas, Pangea comenzó a fragmentarse y dar origen a los continentes actuales.
El movimiento de las placas tectónicas es impulsado por la energía interna del planeta, específicamente por el calor generado en el manto terrestre. Este proceso provoca la separación, colisión y desplazamiento de las masas continentales, formando océanos, montañas y otros accidentes geográficos. A lo largo de millones de años, los continentes han cambiado de posición y seguirán haciéndolo en el futuro.
Un nuevo descubrimiento en los continentes
Un reciente análisis científico está desafiando la forma en que tradicionalmente clasificamos las masas terrestres del planeta. Investigaciones en curso sugieren que América del Norte y Europa podrían no ser regiones independientes, sino parte de una sola unidad geológica. Este hallazgo podría cambiar la forma en que entendemos la división de los continentes
Un equipo internacional de geólogos ha identificado formaciones terrestres enterradas que se extienden desde Groenlandia hasta las Islas Feroe, pasando por Islandia. Esta conexión sugiere que la fragmentación entre las placas norteamericana y euroasiática no está completa, como se había pensado durante mucho tiempo.
El Dr. Jordan Phethean, experto en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Derby, ha liderado la investigación junto a especialistas de Suiza, Italia y Estados Unidos. Su equipo analizó las estructuras subyacentes de Islandia y encontró similitudes con la formación geológica en ciertas regiones de África.
Los investigadores descubrieron paralelismos entre la actividad tectónica en Islandia y la de una zona en África conocida como la región de Afar. En ambos sitios, se identificó una nueva estructura denominada Meseta Magmática Oceánica Riftada.
La separación de los continentes
La presencia de esta formación en diferentes lugares sugiere que los continentes no están tan separados como se pensaba y que la división de placas sigue en proceso. A pesar de que se estimaba que la fractura entre América del Norte y Eurasia ocurrió hace más de 50 millones de años, los datos recientes indican que el movimiento continúa en la actualidad.
Los geólogos han trabajado durante décadas bajo la idea de que América del Norte y Europa estaban separadas por completo. Sin embargo, los nuevos hallazgos desafían esta concepción.
Otra evidencia importante proviene de los restos de corteza continental oculta bajo Islandia. Según los expertos, esta región no es solo una acumulación volcánica, sino que podría albergar partes de una masa terrestre más antigua. Algo similar ocurre en la región de Afar en África Oriental.
El descubrimiento de un microcontinente
Otro descubrimiento ha sido la identificación de un protomicrocontinente entre Canadá y Groenlandia, localizado bajo el estrecho de Davis. Con una extensión aproximada de 400 kilómetros, esta estructura terrestre se formó hace unos 60 millones de años y ofrece nueva información sobre la evolución de las placas tectónicas.
Los investigadores utilizaron técnicas de detección por satélite y análisis sísmicos para delimitar sus bordes y confirmar su existencia.
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