miércoles, 19 de febrero de 2025

Expertos alarmados por un posible terremoto en Europa: "Hay indicios de que la catástrofe de Lisboa se puede repetir"

 


En los últimos meses, los científicos geofísicos han manifestado su inquietud tras detectar dos movimientos telúricos en la región. Este fenómeno natural ha encendido las alarmas, ya que algunos expertos advierten que podría estar gestándose un evento sísmico de gran magnitud, similar al devastador terremoto de Lisboa de 1755.

Cabe mencionar que en menos de un año, dos seísmos han sacudido la capital del territorio luso. El primero ocurrió en Sines el pasado agosto de 2024, alcanzando una intensidad de 5,3 en la escala de Richter.

El más reciente tuvo lugar en Setúbal, en febrero de 2025, con una magnitud de 4,7. Aunque estos valores no representan un peligro inminente, la proximidad temporal entre ambos eventos ha generado preocupación en la comunidad científica.

Tanto el experto Francisco Mota de Sá, profesor del Instituto Superior Técnico, como el geofísico Miguel Miranda, coinciden en que Lisboa y sus alrededores están situados en una zona sísmicamente activa y advierten que existe la posibilidad de un terremoto de mayor magnitud en el futuro.

Lisboa podría enfrentarse a un terremoto de magnitud 7

Las últimas investigaciones apuntan a que un nuevo terremoto en la región no es una simple especulación. De acuerdo con los expertos, el más reciente seísmo en Setúbal podría ser un indicio de que la actividad sísmica en la zona se está intensificando. 

Algunos científicos afirman que, en el peor de los escenarios, un terremoto de entre 6 y 7 en la escala de Richter podría sacudir la región en los próximos años. La principal preocupación no es solo la posibilidad de que ocurra un gran movimiento telúrico, sino las consecuencias que esto podría traer. 

 

Lisboa cuenta con numerosos edificios de estructura antigua, muchos de ellos construidos en épocas donde no se consideraban las normativas antisísmicas modernas. Esta vulnerabilidad estructural podría provocar derrumbes masivos, dejando a miles de personas atrapadas y causando un elevado número de víctimas.

Si bien no hay certeza de que los recientes seísmos estén directamente relacionados, la historia sísmica de la región sugiere que eventos de mayor intensidad podrían ocurrir en un futuro no muy lejano. Por esta razón, las alertas están encendidas y los focos rojos ya han sido activados.

Cabe señalar que la última gran sacudida en Portugal se produjo en el año 1755, un desastre de proporciones épicas que quedó marcado en la historia como uno de los terremotos más mortíferos jamás registrados. 

 

Con una magnitud estimada de 8,5 a 9 en la escala de Richter, el seísmo devastó por completo la capital lusa, generando un tsunami que arrasó la costa y un incendio que consumió lo poco que quedó en pie.

Las cifras de víctimas son escalofriantes: entre 50.000 y 60.000 personas murieron a causa del desastre, convirtiéndolo en una de las tragedias naturales más destructivas de Europa. Lisboa quedó prácticamente reducida a escombros y el impacto social y económico del evento se sintió durante décadas.

Algunos estudios indican que la frecuencia de terremotos en esta zona es de aproximadamente cada 100 o 200 años, lo que ha llevado a los expertos a advertir que la ciudad podría volver a enfrentar una catástrofe similar en cualquier momento, lo cual mantiene a los expertos en alerta.

Lisboa no está preparada para un gran terremoto

A pesar de los avances tecnológicos y la experiencia adquirida tras catástrofes pasadas, Portugal no cuenta con una estrategia sólida para enfrentar un terremoto de gran magnitud. Actualmente, la infraestructura de la capital no está adaptada para soportar un evento sísmico de grandes dimensiones.

Los expertos señalan que es urgente desarrollar un plan de prevención y refuerzo estructural, similar al implementado en Italia tras el terremoto de L' Aquila. Esto incluiría la creación de un sistema de clasificación de resistencia sísmica para las edificaciones y la aplicación de incentivos financieros para mejorar la infraestructura de la ciudad.

Mientras tanto, los especialistas recomiendan a la población adoptar medidas de autoprotección, como asegurar muebles pesados, conocer las zonas seguras dentro de sus hogares y participar en simulacros de emergencia.

Las señales están ahí y los científicos geofísicos no dejan de advertirlo: Lisboa podría enfrentarse a un terremoto de gran magnitud en cualquier momento. La gran incógnita es si la ciudad estará preparada cuando ese día llegue.

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