sábado, 22 de febrero de 2025

La 'ciudad' oculta del aeropuerto de Barajas: 500 sintecho, colchones en el ascensor y prostitución

 Desde hace años, el aeropuerto madrileño afronta un problema terrible, pero AENA se 'lava' las manos y deja a los trabajadores a merced de los okupas


El aeropuerto de Barajas vive inmerso en un caos constante. Este emplazamiento, símbolo del gran momento turístico que vive la región, tiene un lado oculto que empaña por completo el resto de logros que se consiguen a través de él.

Al margen de la crisis migratoria, la cual les hemos ido relatando en los últimos meses en este periódico, y que trae de cabeza a las autoridades por la ingente llegada de migrantes irregulares a nuestras fronteras por vía aérea, una calamidad se ha desatado en las cuatro terminales del aeropuerto.

Si ustedes han cogido un vuelo en los últimos tiempos, especialmente en la T4, habrán observado con estupor el enorme número de personas que, en el lado tierra, es decir, antes de pasar el control con los billetes en la mano, han hecho del aeropuerto su hogar.

La cantidad, a día de hoy, es desorbitada. Las autoridades y organismos encargados de gestionarlo cifran en 500 los okupas existentes. Se dividen en dos grupos, por un lado, migrantes irregulares que acampan en las terminales sin idea de abandonarla y, por otro, decenas de personas que, por infortunios de la vida, atraviesan un bache económico o social y necesitan donde pasar algunas noches.

En palabras de los empleados que denuncian esta situación, y con los que ha contactado Vozpópuli, preocupan especialmente los violentos, desequilibrados mentales y politoxicómanos. Estos tienen sometidos a los empleados y limpiadoras del aeropuerto, obligadas a cumplir con su trabajo acompañado de personal de seguridad.

Imagen del aeropuerto de Barajas

De este modo, evitan que les increpen, zarandeen o agredan verbalmente. "Tienen miedo", así de contundente se expresan desde el sindicato ASAE, que es quien está tratando de lidiar con una situación ya insostenible.

También destacar la colaboración de Comisiones Obreras en este asunto, quienes han trasladado por carta a la empresa South Europe Ground Services, subcontrata que en la actualidad emplea al personal de las terminales, que interceda ante AENA para trasladar la coyuntura. 

Las escenas que se desarrollan en las terminales, especialmente en la T4, por razones evidentes de tamaño, son dantescas. Baños arrasados, heces por las paredes, destrucción de mobiliario y un sindiós generalizado. Mientras tanto, AENA se 'lava' las manos, al igual que el Ministerio de Fomento.

La inacción del Gobierno central ha perpetuado una tesitura que se lleva dando en los últimos diez años, pero que se ha multiplicado por diez hasta alcanzar los 500 sintecho. No es extraño ver colchones en los ascensores y escenas de prostitución en los baños.

Los servicios, según fuentes sobre el terreno, han "triplicado la vigilancia". "Han vaciado los baños y están haciéndoles quitarse y preguntando a la gente cuánto tiempo tiene de espera por si son indigentes", señalan desde Barajas. 

Imagen del aeropuerto de Barajas

Las mafias de inmigrantes campan a sus anchas, cobrando un diezmo a muchos de ellos por permitirles pernoctar. Este es un problema mayoritariamente nocturno, ya que el aeropuerto de Barajas está abierto las 24 horas del día. Una problemática que comparte con El Prat, donde viven 200 personas, el de Gran Canaria con 50, o los de Málaga y Tenerife Sur, por citar otros.

Proteger las terminales se antoja fundamental para reducir el problema, puesto que su erradicación es imposible ante la 'vista gorda' de AENA, que parece querer convertir Barajas en un albergue. Con todo y con eso, los trabajadores solo desean, si arreglarlo es imposible, que los okupas sean pacíficos, ya que es terrible ir a trabajar con miedo.

"Nadie quiere ponerle el cascabel al gato", reseñan los implicados. Los tentáculos de las mafias llegan hasta el embalaje de maletas (plastificadores), ofertando a pasajeros cubrir sus maletas a menor precio que en las estaciones oficiales de las aerolíneas, igual que los agentes de tax free. Una vergüenza que desluce la importancia capital de Barajas.

Al tener personas viviendo en las terminales con problemas de drogadicción y enfermedades crónicas, el servicio médico de Barajas, diseñado exclusivamente para viajeros, debe dar asistencia médica a todos ellos. 

¿Quién puede ayudar?

Otra de las grandes derivadas del asunto es a quién acudir, puesto que AENA y Fomento ni están ni se les espera. En el aeropuerto hay una comisaría de Policía, pero estos no intervienen a no ser que se den casos de agresiones o violencia de algún tipo.

Imagen del aeropuerto de Barajas

Los municipales, dicen fuentes de Barajas, "ni entran". Solo el SAMUR Social se 'come' el marrón de acudir al aeropuerto a dar servicio. El sindicato Confederación Española de Policía, en conversación con Vozpópuli, alerta de que "se puede y se debe hacer más".

"En primer lugar, porque más que su mera presencia lo que constituye un riesgo evidente es la cantidad de enseres que portan con ellos en mochilas, bolsas o maletas y que en no pocas ocasiones abandonan en las instalaciones del aeropuerto. Se trata, por tanto, de objetos que no deberían estar desperdigados por la zona pública del aeropuerto, ya sea en los pasillos de la terminal o en los ascensores".

"El hecho de que eso constituya una potencial amenaza para la protección de la seguridad ciudadana -porque en el interior de esos bolsos o mochilas puede guardarse cualquier cosa- ya debería justificar una intervención para terminar con esa situación. La Policía Nacional tiene un volumen muy importante de compañeros destinados en el puesto fronterizo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, dedicados precisamente a la prevención de la delincuencia, la protección de la seguridad ciudadana y el auxilio a los usuarios de la instalación. Son profesionales que si reciben la orden de evitar esta situación la cumplirán", continúan.

"Los policías de Barajas no son una ONG o mediadores sociales. Tiene que haber una institución, pública o privada, que se haga cargo de esas personas porque de nada sirve desalojarlos si regresan al día siguiente. Estamos ante un problema que va mucho más allá de lo policial y que requiere la implicación de otras Administraciones", exclaman desde Confederación Española de Policía.

Por último, un grito de auxilio. Que este tema no se olvide, que no se diluya en los medios y televisiones con el paso de los días. Es un problema real, de personas reales, con nombres y apellidos. El temor de los trabajadores es real, como lo es el desorden y el asco que reina en las terminales de Barajas. AENA debe actuar antes de que ocurra una desgracia que podamos lamentar todos. 


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