jueves, 27 de febrero de 2025

La 'Pequeña Petra' de Jordania, a solo una hora y media de Madrid: una ciudad de piedra abandonada con un misterioso bar cueva


A tan solo unas horas de Madrid, se encuentra un rincón inesperado que sorprende por su belleza única. Imagina un paisaje donde las rocas parecen haber sido talladas por la naturaleza misma, formando figuras que invitan a curiosear. Aquí, entre cañones y formaciones rocosas, se percibe una sensación de estar en un lugar fuera del común, donde cada rincón parece tener su propio carácter. No se trata de una caminata entre piedras y formaciones antiguas, sino de un pequeño viaje a un mundo diferente, donde el tiempo parece haberse detenido y la naturaleza muestra su lado más intrigante. 

Este sitio, además de tener una belleza natural impresionante, tiene una atmósfera especial que transmite cierto misterio. Entre las formaciones rocosas, hay pequeños senderos donde los visitantes pueden adentrarse y pasear por un lugar lleno de contrastes, donde la historia y la naturaleza se unen. 

Aunque menos conocido que la Capadocia, una de las zonas más turísticas de Turquía, donde miles de turistas acuden para montar en globo y ver las formaciones rocosas, existe un lugar en España con un magnetismo propio que atrae a aquellos que aman la naturaleza. No hay que coger un avión para ver grandes formaciones, este pedazo de naturaleza sin alterar tiene un encanto especial. Cívica, situada en Guadalajara y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, es majestuosa. 

En tiempos antiguos, la zona fue habitada por distintas civilizaciones, como los celtíberos y los romanos, quienes dejaron huella en el paisaje. Se han encontrado restos de aislamientos y estructuras que evidencian la importancia que ha tenido la región a lo largo de los siglos. Además, la cercanía de Cívica con el río Tajo, que atraviesa la región, hizo del lugar un punto estratégico para el comercio y la defensa. Hoy en día, es posible caminar por los senderos que atraviesan antiguas vías romanas. 

La aldea probablemente albergaba espacios que reflejaban la vida cotidiana de sus habitantes antes de ser abandonada. Entre ellos, se intuye que había bares o cantinas, donde los residentes y visitantes se reunían, además también es posible que existieran comercios esenciales en el día a día, junto a viviendas. Y dependiendo de la actividad que hubiera en la zona, es probable que se encontraran tallares dedicados a la producción local. Con el paso del tiempo, estos lugares fueron quedando en ruinas, pero reflejan cómo la aldea pudo haber sido antes de ser abandonado. 

La visita a Cívica es perfecta para aquellos que buscan desconectar de la rutina y disfrutar de un entorno natural sin las aglomeraciones de otros destinos turísticos. Se puede recorrer en un solo día, aunque lo ideal es dedicarle un par de días para poder explorar a fondo las formaciones rocosas, los cañones y los senderos que te llevan a diversos miradores. En la zona, además, se pueden realizar actividades como el senderismo, la observación de aves, o en algunas épocas del año, conocer con más detalle la fauna y flora del lugar. El mejor momento para visitarlo es primavera  y otoño, cuando las temperaturas son agradables y la naturaleza está en su mejor momento. 

Una curiosidad de Cívica es su fauna, ya que en ese entorno natural se pueden encontrar especies únicas y de gran valor ecológico. Entre ellas destaca el águila real, que habita en las formaciones rocosas, y el buitre. Además, se pueden observar especies de flora como los sabinares y los pinos, que se adaptan a las condiciones del terreno rocoso. Y si tienes suerte, podrías ver cómo el sol ilumina las formaciones de piedra, creando un espectáculo de luces y sombras que resalta aún más la belleza del lugar. Cívica no es solo un viaje que te puede transportar al pasado, también puede ser una experiencia sensorial. 

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