viernes, 7 de febrero de 2025

Llega una nueva ola de frío a Barcelona: ¿Nevará en el Tibidabo?

 Metropoli


La montaña del Tibidabo ha amanecido cubierta por un manto blanco / HUGO FERNÁNDEZ

La montaña del Tibidabo ha amanecido cubierta por un manto blanco / HUGO FERNÁNDEZ

Muy pronto se cumplirán 15 años de la gran nevada del 2010 en Barcelona. Este recuerdo coincide con la llegada de una ola de frío y lluvias y, además, con probabilidad de nieve en cotas bajas.

Barcelona, ciudad mediterránea y de clima templado, rara vez experimenta una nevada. Sin embargo, cuando se dan las condiciones meteorológicas idóneas, el Tibidabo y otros puntos de la ciudad pueden vestirse de un extraordinario manto blanco como pasó en el año 2010. Ahora bien, ¿qué elementos tienen que darse para ver nieve en la capital catalana?

Las temperaturas en diferentes niveles de la atmósfera juegan un papel fundamental en el cálculo de la cota de nieve. 

Se tienen en cuenta dos principales alturas, referencias clave para calcular la cota de fusión las precipitaciones que, inicialmente, siempre empiezan su caída de la nube a la superficie de forma sólida. 

Dos alturas

La primera observación se hace a 500 hPa (unos 5.500 metros), una capa teórica de la atmósfera donde las temperaturas deben ser extremadamente bajas, a partir de unos -32 °C.

Conforme el copo sigue cayendo, encontramos un segundo nivel de la atmósfera, referencia para que esa precipitación siga siendo en forma de nieve. Se trata de 850 hPa, que corresponde aproximadamente a una altitud de 1.500 metros. 

Para que la nieve llegue a nivel del mar, se considera que la temperatura en este punto debe situarse entre los -2 °C y -5 °C. El frío en las capas superiores a la superficie es crucial para mantener la estabilidad de la nieve a medida que cae hacia cotas más bajas, evitando que se derrita por completo antes de llegar al suelo. 

Tabla para averiguar la cota de nieve a partir de la temperatura a 500 y 850 hPa

Tabla para averiguar la cota de nieve a partir de la temperatura a 500 y 850 hPa Fuente: Elaboración propia

La altura geopotencial 

La altura geopotencial mide la distancia vertical de una superficie de presión específica en la atmósfera. En situaciones favorables para la nieve en Barcelona, la altura geopotencial en el nivel de 500 hPa debe ser baja, generalmente inferior a 5.320 metros. Esto indica la presencia de una masa de aire frío y denso, que es esencial para generar las condiciones propicias para la nieve. 

En este caso, la altura geopotencial no es un condicionante, sino más un indicador a tener en cuenta en la previsión de nieve en Barcelona y que, además, entra dentro de una fórmula matemática para calcular la cota de nieve teórica. 

Los vientos 

La dirección y la intensidad de los vientos también juegan un papel determinante. Las situaciones de levante son particularmente favorables para la nieve en Barcelona, ya que aportan el gradiente de humedad del Mediterráneo y suelen estar asociadas a bajas presiones que potencian la inestabilidad atmosférica. La humedad aportada por estos vientos es crucial para generar precipitaciones significativas. 

Vuelve el frío a Barcelona, aunque esta vez no nevará ni en el Tibidabo /

Vuelve el frío a Barcelona, aunque esta vez no nevará ni en el Tibidabo / BCN

En cambio, los vientos del norte, generalmente más fríos y secos debido a su procedencia continental, no suelen favorecer tanto las nevadas en la ciudad, ya que tienden a disipar la humedad necesaria. Sin embargo, pueden ser un factor secundario que refuerce el frío, especialmente en situaciones de carácter más local, como el rebuf. 

El rebuf 

El rebuf es un fenómeno característico de las costas catalanas que ocurre cuando los vientos de levante chocan con una corriente de aire de dirección opuesta, generando una convergencia. Esta situación favorece la acumulación de humedad y la formación de nubes de desarrollo vertical que pueden generar nevadas incluso a nivel del mar. 

La intensidad de la precipitación y la cota de nieve 

Uno de los factores a veces más sorprendentes es cómo la intensidad de la precipitación puede afectar la cota de nieve. Cuando la lluvia es intensa, la evaporación y el enfriamiento del aire cercano al suelo pueden provocar una caída brusca de la temperatura, haciendo posible que nieve a cotas más bajas de lo previsto. 

Más de cinco centímetros de nieve en el Tibidabo / ROBERTO DE GODOS

Más de cinco centímetros de nieve en el Tibidabo / ROBERTO DE GODOS

Este fue el caso de la nevada de 2010 en Barcelona: aunque inicialmente se preveían temperaturas de unos 5 °C, la intensidad de la precipitación generó un enfriamiento suficiente para que la nieve alcanzara todas las cotas de la ciudad. Lo que inicialmente fue lluvia, se fue transformando en nieve gradualmente hasta llegar a dejar un grosor significativo, incluso, a primera línea de costa.

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