El aumento del nivel del mar y la erosión costera están desencadenando una crisis estructural en Alejandría, una de las ciudades con mayor valor histórico del Mediterráneo. En las últimas dos décadas, el colapso de 280 edificios ha provocado la muerte de 85 personas, generando preocupación entre expertos y autoridades locales.
Las investigaciones más recientes, como la elaborada por USC Today, apuntan a que el principal problema radica en la intrusión del agua salina, que está debilitando los cimientos de los edificios. La línea de costa ha retrocedido varias decenas de metros, permitiendo que las aguas subterráneas asciendan y erosionen las bases de las construcciones. A diferencia de desastres naturales como terremotos o tsunamis, este fenómeno avanza de forma silenciosa pero devastadora.
El deterioro del suelo y el colapso de edificios
Los datos han sido recogidos en un estudio publicado en la revista Earth's Future. Para desarrollarlo, los investigadores emplearon imágenes satelitales y mapas históricos para analizar la evolución de la línea costera de Alejandría. Gracias a estas herramientas, han podido identificar un patrón alarmante: las zonas más afectadas son aquellas con una alta densidad de población, donde la falta de medidas de contención ha acelerado la inestabilidad del suelo.
El análisis de isótopos en muestras de terreno ha confirmado que la infiltración de agua marina está alterando la composición del subsuelo, lo que agrava la vulnerabilidad de las estructuras. Este fenómeno no solo afecta a edificaciones antiguas, sino también a construcciones modernas, que no han sido diseñadas para soportar este tipo de erosión.
Propuestas para mitigar el problema
Ante la creciente amenaza, especialistas en urbanismo y medioambiente han sugerido la implementación de soluciones basadas en la naturaleza. La creación de dunas de arena y barreras vegetales podría mitigar la penetración del agua salina, reduciendo el impacto de la erosión costera y protegiendo la ciudad a largo plazo.
Experiencias previas en otras regiones han demostrado que este tipo de estrategias pueden ser eficaces para preservar ciudades costeras vulnerables. Sin embargo, la aplicación de estas medidas requiere de un plan integral que combine ingeniería, restauración ecológica y regulación urbana.
La pérdida de Alejandría no solo representaría una crisis urbana, sino también un golpe irreparable al patrimonio cultural e histórico del Mediterráneo. La ciudad, fundada por Alejandro Magno, ha sido un punto clave en la historia de la humanidad y su desaparición supondría un retroceso en la conservación del legado arquitectónico de la región.
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