martes, 4 de marzo de 2025

Intolerancia a la lactosa: ¿qué es y cómo tratarla?

 





La principal opción dietética es realizar una dieta baja en lactosa, y en casos graves, será necesario excluirla de la dieta

La lactosa es un disacárido presente en todas las leches de mamíferos, incluyendo vaca, cabra, oveja y la leche materna humana. Además, puede encontrarse en diversos productos procesados. Después del agua, es el segundo componente más abundante en la leche.

La lactasa, por su parte, es una enzima localizada en el intestino delgado, cuya actividad es máxima en el primer segmento del yeyuno y nula en el estómago y el colon. Cuando la lactosa no es descompuesta en sus azúcares simples, llega intacta al intestino grueso, donde es fermentada por la microbiota intestinal, generando gases y ácidos que derivan en síntomas como distensión abdominal, diarrea y molestias digestivas. Su gravedad depende de la cantidad de lactosa ingerida, del nivel de deficiencia de lactasa y de la susceptibilidad de cada persona.

¿Cómo se manifiesta?

La intolerancia a la lactosa es debida a que en las paredes del intestino hay una disminución de la enzima necesaria para su metabolización y absorción; esta enzima se llama lactasa. La intolerancia a la lactosa se manifiesta cuando el organismo es incapaz de producir una cantidad suficiente de la enzima lactasa, encargada de descomponer este azúcar presente en la leche y sus derivados.

“Esta deficiencia enzimática impide la adecuada digestión de la lactosa, lo que provoca síntomas digestivos molestos y, en algunos casos, un impacto significativo en la calidad de vida del paciente”, señala la doctora Sonia Ruiz, Dietista-Nutricionista en la Unidad de Endoscopia y Pruebas Funcionales del Centro Médico Teknon.

La intolerancia a la lactosa puede ser permanente (congénita) o temporal (adquirida). La forma permanente está determinada genéticamente y se mantiene a lo largo de la vida, si bien puede sufrir fluctuaciones. La forma temporal (reversible) se produce en relación a determinadas enfermedades, tales como la gastroenteritis infecciosa o inflamaciones intestinales de otro tipo, así como tras la toma de ciertos medicamentos (antiinflamatorios, aspirina, antibióticos, etc.).

Estrategias dietéticas para tenerla bajo control

La prueba más eficaz y sencilla para el diagnóstico de malabsorción de lactosa es el test del aliento. Consiste en obtener muestras de aire espirado (soplando) tras la administración de una cantidad conocida de lactosa.

El tratamiento dietético se basa principalmente en la reducción del consumo de lactosa. En casos más severos, la exclusión total de este azúcar es necesaria. Sin embargo, “una dieta restrictiva en productos lácteos puede aumentar el riesgo de déficits nutricionales, especialmente en calcio, vitamina D y riboflavina, lo que repercute en la salud ósea y puede predisponer a la osteoporosis”, advierte la especialista.

Según el informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una alimentación pobre en lácteos debe ser compensada con fuentes alternativas de calcio y otros micronutrientes esenciales. Entre los alimentos recomendados se encuentran las sardinas en conserva, el salmón, las verduras de hoja verde como espinacas, acelgas y brócoli, además de legumbres y frutos secos.

La diversidad alimentaria y una dieta equilibrada son clave para evitar déficits nutricionales y prevenir problemas asociados a la malnutrición. En este sentido, “no se trata únicamente de eliminar la lactosa, sino de garantizar un aporte nutricional óptimo mediante la inclusión de alimentos ricos en los nutrientes esenciales que podrían verse comprometidos”, enfatiza la doctora Ruiz.

Precauciones contra la contaminación cruzada

Es fundamental tomar precauciones respecto a la contaminación cruzada. Este fenómeno ocurre cuando un alimento con lactosa entra en contacto con uno libre de este azúcar, transfiriendo trazas imperceptibles que pueden desencadenar síntomas en personas sensibles. Este riesgo está presente en restaurantes, cafeterías, cocinas domésticas y otros entornos de manipulación de alimentos.

Como alternativa para facilitar la digestión de la lactosa en situaciones puntuales, existen suplementos de lactasa, que permiten a los pacientes con intolerancia consumir ciertos productos lácteos sin experimentar molestias. “Estos complementos son una opción eficaz para momentos en los que evitar la lactosa es complicado, aunque es importante destacar que no son útiles para quienes padecen alergia a la proteína de la leche”, concluye  la doctora Ruiz.

Productos con lactosa

Listado de productos con lactosa en diferentes niveles o que no la contienen.

Alimentos

Productos con lactosa:

Leche de vaca, leche en polvo, batido de leche, derivados de lácteos, nata, quesos frescos y fermentados, mascarpone, quark, feta, crema de leche, postres lácteos, margarina, mantequilla, helados, salsa bechamel,

Productos que pueden tener lactosa:

Purés y sopas, pan, pasteles, fiambres, embutidos, pasteles, frituras de carne, huevos guisados con leche, sucedáneos de huevo en batidos, flanes, purés de patata en crema o puré, bollería, donuts, crèpes, bollos, bizcochos, galletas, tostadas, precocinados, cereales enriquecidos, aderezo de ensaladas y mayonesas, sorbetes, tartas, yogures batidos, ponches, malteados, chocolate con leche, rebozados, sucedáneos de chocolate, sopas instantáneas, bebidas espirituosas, sidra y vino.

Productos sin lactosa:

Fruta natural, frutos secos, mariscos, cereales, huevos, miel, mermelada, patatas, arroz pasta, verduras, carnes, pescados, legumbres, tofu, leches vegetales; soja, coco, avena, arroz, almendras, etc. 

Ingredientes y aditivos

Productos con lactosa:

Lactosa, monohidrato de lactosa, azúcar de leche, sólidos lácteos, lactitol (E966), trazas de leche, suero, suero de leche, suero en polvo, suero lácteo, cuajo, cuajada, grasas de leche.

Productos sin lactosa:

De origen lácteo:  Lactatos (E325, E326, E327), Ésteres lácticos (E472b); Lactilatos (E481, E482), proteínas de leche, caseína, caseinato, caseinato de calcio (antiguo H4511), caseinato de sodio (antiguo H4512), caseinato potásico, Casinato magnético, lactálbumina, lactoglobulina.

Productos 

Productos que pueden tener lactosa

Medicamentos, complementos vitamínicos, dentífricos.

Productos sin lactosa

Ácido láctico (E270), Riboflavina (E101), almidón





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