Metropoli

El Tibidabo, en Barcelona, con nieve en un imagen de archivo / METRÓPOLI - HUGO FERNÁNDEZ
Una semana después del 15 aniversario de la gran nevada en la capital catalana, ¿podría volver a suceder este 2025?
Marzo tiene una fama ambivalente: es el mes en el que el invierno nos abandona, pero también en el que las borrascas frías pueden dar sus últimos coletazos antes de ceder el paso a la primavera en Barcelona.
A pesar de ello, marzo es un mes peculiar desde el punto de vista meteorológico y que puede dejar sorpresas en forma de nieve como sucedió hace 15 años, con la gran nevada del 2010.
El potencial nivoso de marzo
En cuanto a dinámica atmosférica, marzo es un mes crucial en el que el contraste térmico entre las masas de aire polar que aún circulan por el hemisferio norte y las aguas templadas del Mediterráneo, empieza a intensificarse.
Este choque puede generar borrascas muy activas que, al combinarse con una irrupción de aire frío polar, traen consigo precipitaciones abundantes y temperaturas lo suficientemente bajas como para que la nieve haga acto de presencia, incluso a nivel del mar.

Mujer refugiándose del frío
Nevada de 2010
Esto fue exactamente lo que ocurrió en 2010, cuando una borrasca mediterránea se encontró con una masa de aire gélido procedente del noreste de Europa, y el resultado fue una nevada copiosa que dejó más de 5 centímetros de espesor en el centro de Barcelona.
De esta forma, la clave de estas configuraciones nivosas se encuentra en esa ventana temporal en la que el frío invernal aún tiene fuerza, pero al mismo tiempo las precipitaciones se vuelven más frecuentes debido a la mayor inestabilidad primaveral.

La playa de Barcelona, nevada en 2010 / RRSS
¿Qué nos dicen las previsiones?
Para esta semana e inicios de la que viene, nos espera una brusca bajada de los termómetros, con temperaturas que se situarán hasta 8 grados por debajo de lo que es normal para esta época del año.
A ello se le unirán precipitaciones que harán acto de presencia, especialmente a partir de la tarde y noche del jueves, toda la jornada del viernes y las primeras horas del sábado.
Unas lluvias que se espera que dejen acumulados de unos 20 l/m2 en la ciudad de Barcelona, que se sumarían a los cerca de 150 litros que el Observatori Fabra lleva registrados desde inicios de año.
Y, ¿qué hay de la nieve?
Una vez más, será complicado que la nieve haga acto de presencia en la capital catalana. Ni siquiera se prevé que en el Tibidabo consiga ver nevar, a pesar de sus 512 metros de altitud.
Según las últimas actualizaciones, los modelos meteorológicos prevén nieve a unos 800 metros sobre el nivel del mar. Una cota que puntualmente podría bajar a los 600 e incluso 500 metros.
Si se dan factores como una bajada brusca y puntual de la temperatura, acompañada de una intensificación de las precipitaciones, no sería imposible ver nevar en puntos de la Sierra de Collserola.

Imágenes de la nevada del pasado febrero en el Montseny
Nieve en el Montseny
Donde la nieve sí que está asegurada es en el Montseny. Tal y como comentamos en la última previsión, en la cima del macizo, el Turó de l’Home, se podrían dar acumulados de 5 centímetros de nieve, con temperaturas que podrían descender por debajo de los -4 grados.
También está previsto que nieve en las montañas de Montserrat, a unos 1.200 metros de altitud y en Sant Llorenç del Munt, donde se podría acumular algún centímetro en la Mola, la montaña más alta del parque natural.
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