domingo, 2 de marzo de 2025

Misterio en el Hospital de Toledo: intoxicaciones, más de 30 bajas y "sin saber bien qué pasa"

 

Un misterio tiene en alerta al personal sanitario del Hospital Universitario de Toledo. El epicentro es el laboratorio de Anatomía Patológica. Los empleados están enfermando “sin saber muy bien por qué”, cuentan. Más de 130 incidencias por intoxicación y más de 30 bajas laborales. Hasta ahora, se han detectado niveles de formaldehído fuera de lo normal, que han obligado a la clausura de parte del laboratorio, pero los trabajadores aseguran que “hay algo más”.

Vómitos, sangrado nasal, sarpullido y dificultad para respirar. Son los síntomas que llevaban sufriendo de forma puntual algunos de los empleados del laboratorio de Anatomía Patológica, hasta que el 27 de noviembre se registró una intoxicación masiva. "Lo que está pasando es algo muy grave, están expuestos a algo que ni saben con certeza qué es", asegura Victoria Gutiérrez, responsable de Sanidad del sindicato CSIF en Toledo.

A finales del mes de noviembre se empezaron a hacer mediciones en el laboratorio, aunque la actividad no se redujo y se siguió trabajando allí “como si nada hubiese ocurrido”, cuenta el personal. En un principio, la consejería de Sanidad no halló nada fuera de lo normal, pese a que se siguieron registrando incidencias y bajas entre los trabajadores.

No fue hasta finales de enero cuando en una de las mediciones se detectaron niveles de formaldehído “hasta cinco veces superiores a lo permitido”. Entonces saltaron las alarmas en el hospital y se comenzó a diseñar un plan de contingencia. Aun así, los trabajadores mantuvieron sus funciones habituales en el laboratorio y las intoxicaciones no cesaron.

"Las intoxicaciones no sólo se han dado en la sala de Tallado, sino en todo el laboratorio y en sus inmediaciones también"

Finalmente, una Inspección de Trabajo clausuró el pasado 25 de febrero la sala de tallado, que se ubica dentro del laboratorio de Anatomía Patológica, y que es el lugar donde se encontraron los niveles más altos de formaldehído, ya que es donde se manipula principalmente este compuesto químico.

Sin embargo, los trabajadores siguen preocupados. “Las intoxicaciones se dan también en gente externa a la sala de tallado del laboratorio, no es un problema único de ese habitáculo, sino de todo el laboratorio”, expone Victoria Gutiérrez. Por ello, desde los sindicatos exigen cerrar todas las dependencias y que los sanitarios realicen sus funciones en otra parte. “No decimos que se pare el funcionamiento, sino que se hagan las labores en otro lugar que sea seguro para los trabajadores hasta que se encuentre el problema”, expone la responsable del CSIF.

Pese a la detección de los niveles fuera de lo normal de formaldehído, algo no les cuadra. El compuesto sí que puede ser el responsable de las irritaciones de ojos, los sangrados nasales o los sarpullidos. Pero, desde enero, comenzaron a aparecer síntomas neurológicos de desorientación o lagunas mentales y “el formaldehído no provoca eso”, denuncia Gutiérrez.

Ahora, los trabajadores del laboratorio visten equipos de protección individual (EPIS), pero aun así, remarcan, siguen las intoxicaciones. Además, los empleados denuncian que “no se puede trabajar más de una hora seguida con este tipo de máscaras con las que cuesta respirar y provocan alergia en los ojos y la piel”. Asimismo, tienen la certeza de que los EPIS protegen contra el formaldehído, pero insisten en que debe haber algo más. “No sabemos si también defiende contra la sustancia misteriosa que sigue provocando intoxicaciones a día de hoy”, afirman.

"Conocemos los efectos a corto plazo, pero ¿quién sabe lo que pude provocar esto a medio o largo plazo? Estamos muy preocupados"

¿Qué pistas existen sobre la sustancia nociva que aún no se ha detectado? “La clave de esto está en el sistema de climatización”, responden desde el CSIF, pero en la Consejería de Sanidad no lo tienen tan claro. Fuentes del Departamento no ocultan su preocupación ante lo que está sucediendo, pero defienden que el mantenimiento es "diario" en los conductos del área de laboratorios. Se recolectan muestras y se analizan los parámetros relacionados con la calidad del aire sin que se haya encontrado nada, subrayan estas mismas voces.

Más allá de los análisis, la Consejería ha tomado la decisión de que los trabajos de la sala de tallado se efectúen en otros recursos sanitarios de la Comunidad, pero los sindicatos sostienen que esta medida se debería ampliar a todo el personal del laboratorio "hasta que haya un entorno seguro". Están convencidos de que el foco de intoxicaciones no puede estar en otro sitio. De hecho, señalan que otras dependencias anexas también estarían afectadas. En concreto, el laboratorio de bioquímica y el de transfusiones. “Conocemos los efectos a corto plazo, pero ¿quién sabe lo que pude provocar esto a medio o largo plazo?”, se preguntan.

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