martes, 29 de abril de 2025

Todo pasó en cinco segundos: el apagón que dejó sin luz a España es un misterio

 


A las 12.33 del mediodía de este lunes, en apenas cinco segundos, desaparecieron 15 gigavatios de generación eléctrica del sistema español. El equivalente al 60% de la electricidad que se consumía en ese momento en el país se desvaneció de forma súbita, sumiendo a España y Portugal en el mayor apagón de su historia reciente. El caos se desató inmediatamente: semáforos apagados, trenes detenidos, ciudades en silencio. La recuperación del suministro comenzó por la tarde, pero la principal pregunta sigue sin respuesta: ¿qué ocurrió?

“En más de 40 años en el sector eléctrico, nunca había visto algo así”, confesaba Jorge Fabra, expresidente de Red Eléctrica, en el diario El País. Ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni los máximos responsables técnicos del sistema han podido, por el momento, ofrecer una explicación clara. “No sabemos las causas”, admitió Sánchez en una comparecencia urgente, donde pidió no caer en especulaciones ni difundir informaciones sin confirmar.

Todo empezó con una fuerte oscilación en los flujos de potencia que atraviesan la red eléctrica nacional. Esa oscilación, según explicó Red Eléctrica, se debió a una pérdida abrupta de generación en las principales fuentes del sistema –centrales nucleares, hidráulicas, ciclos combinados, parques solares y eólicos–. Para ponerlo en perspectiva, España cuenta con cinco centrales nucleares cuya potencia conjunta es de 7,4 GW; lo que se perdió en cinco segundos fue el doble.

El fenómeno desestabilizó por completo el sistema y provocó una desconexión automática con la red europea, cuya interconexión depende casi exclusivamente de Francia. Al quedarse aislado, el sistema español colapsó, generando el apagón generalizado.

Desde el primer momento, técnicos de Red Eléctrica y de las compañías distribuidoras trabajaron a contrarreloj para recuperar la tensión. Comenzaron desde el noreste peninsular, la zona más próxima a Francia. Poco a poco, la electricidad fue regresando. Hacia las 17.30, ya había suministro en amplias zonas de Cataluña, Aragón, Galicia, País Vasco y otras comunidades. A las 21.30, la cobertura alcanzaba el 35% del país. Finalmente, en la mañana del martes, Red Eléctrica anunció que el 99% del suministro estaba restaurado.

¿Qué causó el cero energético?

La gran incógnita sigue siendo el origen de la caída. El Gobierno asegura que no se descarta ninguna hipótesis, pero aún no hay una explicación técnica definitiva. La falta de transparencia en las primeras horas dio pie a rumores que, desde el Ejecutivo, intentaron sofocar: ni fenómenos meteorológicos extremos ni ciberataques han sido confirmados, aunque ambas hipótesis están sobre la mesa.

La agencia Reuters apuntó inicialmente a una posible anomalía térmica en el interior peninsular, pero REN, el operador eléctrico portugués,  desmintió esta versión. La teoría del ciberataque, por su parte, fue sugerida por el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, en base a los datos de su centro autonómico de ciberseguridad. Sin embargo, desde la Comisión Europea y el Gobierno español se pidió cautela, y hasta ahora ningún indicio ha confirmado un sabotaje intencionado.

El Centro Criptológico Nacional (CCN), que depende del CNI, así como el Mando Conjunto del Ciberespacio del Ministerio de Defensa, investigan esta posibilidad. En paralelo, expertos en ciberseguridad apuntan que, aunque los ataques a infraestructuras críticas son técnicamente posibles, ejecutar un apagón sincronizado a gran escala sería extremadamente complejo. “No existen síntomas inequívocos que nos permitan asegurar que se trata de un ciberataque”, afirma el especialista Lukasz Olejnik del King’s College de Londres.

¿Un aviso sobre la fragilidad energética?

España es uno de los países que más ciberataques críticos recibe cada año. En 2023, el Centro Criptológico Nacional gestionó más de 100.000 incidentes, y el INCIBE, más de 83.000. Sin embargo, ninguno había tenido hasta ahora un impacto similar al vivido este lunes. Los precedentes más cercanos de ataques exitosos a redes eléctricas se remontan a Ucrania en 2015 y 2016, atribuidos a Rusia.

Más allá de la causa concreta, el apagón pone sobre la mesa una vulnerabilidad estructural. La baja interconexión eléctrica de España con Europa, históricamente descuidada, agrava los riesgos. Un sistema más integrado y robusto podría haber amortiguado el golpe. Pero lo ocurrido ayer demuestra que, incluso en sociedades hiperconectadas y digitalizadas, la dependencia de la electricidad sigue siendo absoluta.

España ha superado el apagón, pero no ha olvidado los cinco segundos que bastaron para desconectarlo todo. La luz ha vuelto, pero las sombras sobre el futuro energético del país aún persisten. Es más, aún se desconoce cuándo se aclararán los detalles de lo ocurrido y, sobre todo, cómo fue posible. Será crucial actuar con datos precisos e investigar las responsabilidades. Se supone que España cuenta con un sistema eléctrico moderno y seguro, preparado para evitar apagones de esta magnitud. Sin embargo, el desconcierto vivido ayer, que alteró por completo la vida cotidiana, no tiene precedentes desde los inicios de la pandemia. Esta nueva crisis, que se suma a otras vividas en este siglo, dejó a buena parte de la población sumida en una profunda sensación de vulnerabilidad ante la súbita desaparición de elementos básicos como la electricidad, el móvil o el acceso a internet. Durante unas horas, todo quedó paralizado. Este apagón añade una nueva capa de inquietud a un tiempo ya marcado por la incertidumbre. 







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