El fondo marino siempre ha supuesto una gran oportunidad para la comunidad científica. Fruto de ello son las numerosas investigaciones que se han llevado a cabo sobre hallazgos de fósiles de animales extinguidos.
Los dos últimos ejemplares avistados en Mammoth Cave (Kentucky, Estados Unidos), el sistema de cuevas más extenso del mundo, fueron el Troglocladodus trimblei, como el Glikmanius careforum, ambos pertenecientes al género extinto de los ctenacantos, y que son ancestros de los tiburones actuales que surcan mares y océanos.
Sobre sus características, cabe destacar sus espinas dorales, cuya forma recuerda a la de un peine. Las dos especies, cuya longitud fue de entre 10 y 12 pies, es decir, cercana a los cuatro metros, fueron identificadas a través de su dentadura. Según los expertos, estas especies “habrían cazado los antiguos hábitats costeros que cubrían Kentucky y Alabama hace más de 325 millones de años”.
Recogió también en su comunicado el Parque Nacional de Kentucky que esa zona era “una antigua vía marítima que conectaba el este de Norteamérica, Europa y el norte de África”, y que desapareció con la formación de Pangea, el supercontinente que hace más de 330 millones de años unió todos los continentes en uno solo.
Cueva del Mamut
Sobre Mammoth Cave, es una caverna calcárea que cuenta con 676 km de galerías en cinco alturas diferentes. Constituido como Parque Nacional en el año 1941, fue declarado como Patrimonio de la Humanidad en 1981, y como Reserva de la Biosfera en 1990.
Dicho descubrimiento resultará fundamental para los científicos, de cara a comprender mejor el ecosistema marino hace millones de años y, sobre todo, cómo evolucionó hasta el día de hoy.
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