A medida que la primavera climatológica llega a su fin, España se prepara para una temporada estival bastante calurosa. De hecho, ya desde finales de mayo se avecina un episodio de calor propio de la canícula veraniega. Pero que no cundan las alarmas, este fenómeno no cumple con los criterios técnicos para ser catalogado como una ola de calor por la AEMET, las temperaturas previstas serán inusualmente altas para esta época del año, alcanzando o superando los 40 °C en diversas zonas.
Este repunte térmico se debe a la llegada de una masa de aire cálida procedente del norte de África, impulsada por una cresta anticiclónica que provocará estabilidad atmosférica, ausencia de vientos relevantes y cielos despejados. La combinación de factores es el caldo de cultivo perfecto para que el calor se acumule rápidamente sobre la península, sobre todo en regiones del sur y del centro, donde la orografía favorece el recalentamiento del aire.
Zonas afectadas por el calor extremo
Entre el jueves y el sábado, muchas zonas registrarán temperaturas situadas en el percentil 95, es decir, entre el 5 % de los valores más altos jamás medidos en mayo, según Meteored. Se esperan máximas por encima de los 38 °C en provincias como Córdoba, Sevilla, Badajoz, Ciudad Real y Jaén, incluso se calcula que podrían alcanzarse los 40 °C en dichas zonas. Madrid, Toledo, Cáceres y Zaragoza, por su parte también experimentarán un ascenso térmico notable, con máximas cercanas a los 35-36 °C.
Además, este episodio de calor se verá agravado por las llamadas “noches tropicales”, sobre todo en las costas mediterráneas, donde las mínimas no bajarán de los 20 °C. Esta situación puede afectar negativamente al descanso y a la salud de la población, especialmente de los grupos más vulnerables, como personas mayores, niños y enfermos crónicos. Cabe resaltar que la combinación de calor diurno y nocturno incrementa el riesgo de golpes de calor y deshidratación, por lo que se pide extremar la precaución.
Riesgo de incendios forestales
Con el calor extremo y la sequedad del terreno se eleva el riesgo de incendios forestales en muchas regiones. Las autoridades ya han emitido avisos y reforzado los protocolos de prevención, sobre todo en áreas con vegetación seca o antecedentes recientes de sequía. Este episodio se enmarca, además, en un contexto de cambio climático que ha hecho del verano de 2024 uno de los años más cálidos registrados en el país.
Aunque no se considera técnicamente una ola de calor, la magnitud de este evento anticipa un verano potencialmente sofocante. De hecho, los modelos meteorológicos a medio plazo apuntan a que las próximas semanas seguirán por encima de lo normal en cuanto a temperaturas en gran parte de Europa, incluyendo la Península Ibérica.
Sin embargo, hacia el fin de semana se prevé la llegada de varias ondas atmosféricas que podrían generar nubosidad de evolución y tormentas, sobre todo en el norte y el este del país. Estas podrían extenderse a más zonas el sábado y, en algunos casos, presentar cierto grado de organización, con chubascos intensos, granizo o rachas de viento fuertes.
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