lunes, 16 de junio de 2025

Exploran un naufragio del siglo XVI en Francia y encuentran objetos modernos que no deberían estar ahí

 


Un hallazgo arqueológico sin precedentes ha sorprendido a las autoridades francesas tras una operación de reconocimiento marítimo en el litoral próximo a Saint-Tropez. A más de 2.500 metros de profundidad, un equipo técnico ha localizado un barco mercante del siglo XVI de origen italiano extraordinariamente bien conservado. Lo más llamativo no ha sido solo el estado de la embarcación, sino la presencia de objetos modernos que no deberían estar ahí.

Durante una misión rutinaria con drones submarinos, las Fuerzas Armadas francesas detectaron una anomalía acústica. Al regresar con cámaras de alta definición y robots especializados, descubrieron los restos intactos de un navío de unos 30 metros de eslora. Su carga incluía cerca de 200 ánforas, platos de cerámica vidriada, dos calderos y seis cañones, como explican en CBS News. Algunos recipientes mostraban inscripciones religiosas como “IHS”, las tres primeras letras del nombre de Jesús en griego, lo que ha permitido situar su origen en la región de Liguria.

El lugar del hallazgo, debido a su profundidad, ha permanecido completamente aislado de interferencias humanas durante más de cinco siglos. Según la arqueóloga Marine Sadania, “el sitio ha permanecido intacto, como si el tiempo se hubiera congelado, lo cual es excepcional”. Este contexto ha permitido conservar elementos clave del comercio marítimo en la cuenca mediterránea del Renacimiento, en condiciones únicas para su estudio.

Los investigadores subrayan la importancia de este naufragio no solo por su carga y antigüedad, sino por la escasa alteración de su entorno. Las características del fondo marino han actuado como una cápsula del tiempo, protegiendo los materiales de posibles saqueos y del deterioro habitual que sufre este tipo de restos.

Un misterio bajo el mar

Las imágenes captadas también revelaron la presencia de al menos dos objetos metálicos que podrían ser latas de refresco, lo que ha generado una gran controversia entre los expertos. Aunque la calidad de las fotografías impide una identificación definitiva, su aspecto no encaja en un contexto arqueológico del siglo XVI. Los expertos no descartan que se trate de residuos modernos desplazados por corrientes submarinas.

Una imagen de los restos del naufragio (National Navy/France's Department of Underwater and Submarine Archaeological Research)

Este fenómeno no es del todo inédito, ya que se han documentado restos de plásticos y materiales contemporáneos en las zonas más profundas del planeta. Sin embargo, su aparición junto a un yacimiento tan valioso plantea nuevas cuestiones sobre la interacción entre el patrimonio histórico y la contaminación marina.

Las autoridades francesas ya han anunciado que se desarrollará una reconstrucción en 3D del barco, además de nuevas inmersiones previstas para los próximos dos años. Estas permitirán estudiar con mayor detalle tanto la estructura del navío como su carga y determinar con precisión la naturaleza de los objetos modernos hallados en el lugar.



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