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La llegada de una ola de calor a España este fin de semana, la primera de este verano, nos dejará en varios puntos del país temperaturas extremas de hasta 44 grados centígrados. Se prevé que el episodio dure hasta el martes, con un pico el domingo y el lunes.
Previsiblemente, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)a ctivará alertas por episodios de calor de extremo en la mayor parte de las comunidades del sur (Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y Murcia) y del nordeste peninsular (Aragón y Cataluña), las zonas que se prevén más afectadas por la ola de calor.
Posibles riesgos de las olas de calor
Tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los riesgos concretos de los eventos térmicos dependen de su duración, su intensidad, el momento en el que se producen, el nivel de aclimatación y adaptación de la población local, la infraestructura, el conocimiento y el equipamiento disponible, los preparativos y la respuesta institucional.
En términos generales, aumenta la incidencia de problemas de salud asociados a la exposición a las altas temperaturas como el edema (acumulación de líquido), el síncope (desmayos), los calambres musculares, el agotamiento por calor y el golpe de calor, que puede llegar a ser letal. Además, puede aparecer deshidratación severa, accidentes cerebrovasculares y otros eventos relacionados con la coagulación sanguínea. La mayoría de los decesos, según el organismo, se deben a un agravamiento de patologías cardiopulmonares, renales o psiquiátricas.
Teniendo en cuenta esto, es vital que las instituciones se preparen para responder adecuadamente a los riesgos derivados de las olas de calor. Para ello, la ciudadanía debe estar correctamente informada sobre las condiciones meteorológicas, los recursos disponibles en materia de prevención y de atención a emergencias y en materia de medidas preventivas dependientes del individuo.
Medidas para prevenir los problemas más graves
Precisamente, el aspecto individual juega un papel fundamental en la prevención de las peores consecuencias sanitarias de las olas de calor. Sin descuidar el aspecto de Salud Pública que marca este tipo de eventos meteorológicos, existen varios métodos para proteger nuestra salud frente a las altas temperaturas.
Así, es vital cuidar la hidratación (que suele ser la vía por la que se producen algunas de las consecuencias del calor más graves para la salud) tomando abundantes líquidos y agua. Similarmente, debemos adaptar nuestra conducta a las condiciones atmosféricas, evitando actividades extenuantes o las salidas a espacios exteriores en las horas más calurosas.
De la misma manera, es importante garantizar que las actividades laborales y de otra naturaleza se realizan en entornos adecuadamente climatizados. Ante la aparición de síntomas graves (mareos, dolores intensos, manifestaciones cardiovasculares, problemas respiratorios, fiebre alta, vómitos incontrolables) es vital buscar atención médica inmediata.
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