Históricamente se ha identificado al asteroide Chicxulub como el responsable de la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. Este objeto celeste, de entre 10 y 12 kilómetros, se originó en los confines del sistema solar e impactó en lo que es ahora es la península de Yucatán (México), formando un cráter de más de 180 kilómetros de diámetro. El colosal impacto causó una extinción masiva debido a las consecuencias globales como la oscuridad y el enfriamiento al que se enfrentó el planeta en los siguientes años.
Con el paso de los siglos, las teorías sobre esta extinción han sido bastante variadas. Desde la teoría de Charles Darwin culpando a los cambios graduales del medio ambiente hasta la explicación catastrófica que conocemos a día de hoy, muchas han sido las hipótesis que explicaron un fenómeno único en la historia de nuestro planeta.
A esto hay que sumar que, según una gran parte de los estudios, los dinosaurios se encontraban ya en un proceso de declive en el momento en el que ocurrió el impacto. Sin embargo, millones de años después, se habrían hallado nuevos indicios sobre cómo desaparecieron los últimos dinosaurios, rebatiendo esta teoría.
Un estudio realizado por Nicholas R. Longrich, profesor titular de Paleontología y Biología Evolutiva en la Universidad de Bath (Reino Unido) –y publicada en The Conversation–, revela que el hallazgo en Marruecos de nuevos fósiles de abelisaurios –un voraz depredador– daría nuevas pistas sobre las especies que habitaron nuestro planeta durante el Cretácico y cómo se desarrollaron.
En concreto, los restos se encontraban a las afueras de Casablanca, en un antiguo fondo marino que data del último millón de años de la era de los dinosaurios. En estos sedimentos los investigadores localizaron espinas y escamas de pescado, dientes de tiburón y reptiles marinos junto a los fósiles.
Cobra especial protagonismo el reciente estudio dado que las investigaciones relacionadas con el final de los dinosaurios hacían especial hincapié en las especies que habitaron lo que hoy es Norteamérica. Sin embargo, dada su amplitud geográfica, África probablemente albergó una mayor cantidad de especies con una evolución totalmente distinta a la del resto.
Los últimos dinosaurios de África incluían saurópodos titanosaurios, herbívoros de cuello largo del tamaño de un elefante. Dinosaurios con pico de pato, del tamaño de un caballo, ocupaban el nicho de los herbívoros. Pero los depredadores son particularmente diversos, lo que implicaba la existencia de muchos herbívoros diversos. En comparación con los Tyrannosaurus rex, el gran depredador africano era un animal de diez metros de largo llamado Chenanisaurus barbaricus. En resumidas cuentas, los distintos fósiles encontrados en África han puesto de manifiesto que la fauna de los dinosaurios era mucho más diversa de lo que se pensaba.
«Lo sorprendente aquí es que se trata de lechos marinos. Es un mar tropical poco profundo lleno de plesiosaurios, mosasaurios y tiburones. No es exactamente un lugar donde uno esperaría encontrar muchos dinosaurios. Pero estamos encontrándolos», afirmó Longrich.
Posteriormente, la llegada del catastrófico meteorito convirtió todo el planeta en un lugar frío y oscuro donde la supervivencia fue totalmente imposible. Sin embargo, los restos encontrados en Marruecos demuestran que los dinosaurios consiguieron prosperar hasta el final, contradiciendo la teoría sobre su declive.
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